En el lugar donde debían protegerlos, los chicos sufrieron un calvario. En San Rafael, un total de 25 niños y adolescentes denunciaron que padecieron golpes y maltratos de parte de los curas y monjas en institutos religiosos. Por ese motivo, el gobierno de la provincia de Mendoza decidió retirar a los chicos y redistribuirlos en otros hogares.
Después que saliera a la luz el tormento que sufrieron los jóvenes, la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia de San Rafael se entrevistó con los niños y confirmó las sospechas: todos vivieron situaciones de violencia y abuso. Una constatación que llevó al gobierno a ponerle fin al convenio que le entregaba aportes estatales a los institutos religiosos.
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