Serafín Dengra, más conocido como “Serafo”, y más todavía por frases tales como “never pony, pura sangre”, quedó en la mira de la justicia federal, acusado de integrar una asociación ilícita que se dedicaba a cancelar de forma fraudulenta las deudas tributarias de las empresas que contrataban sus servicios.
De hecho, el ex Puma ya fue indagado por la jueza federal de San Isidro, Sandra Arroyo Salgado, presuntamente por “pescar” clientes para la banda en el mundo del rugby y los círculos sociales que frecuenta, al menos desde 2013, según un informe publicado en La Nación y firmado por el periodista Hugo Alconada Mon.
La ex esposa de Alberto Nisman también indagó a otras 24 personas que integrarían la asociación ilícita que, según la investigación, aprovechando sus contactos en la anterior cúpula de la Administración Federal de Ingresos Públicos ofrecía servicios como: facilitar la evasión con facturas truchas, retenciones falsas, declaraciones juradas anticipadas de importación (DJAI) también falsas y planes de pago "especiales" de deudas fiscales, manipulados a través del área de sistemas de la AFIP.
El costo para el fisco por estos casos supera los 1000 millones de pesos y los dos presuntos jefes de la banda muestran un claro contraste: Miguel Ángel Lamparelli está procesado y con prisión preventiva, mientras que Adrián Marcal Gago está prófugo desde hace meses.
“Dengra tiene la desgracia de que la carátula lleve su nombre. Pero esta es su primera experiencia de este tipo [por una causa penal], en una investigación que es enorme”, se lamentó el abogado del ex rugbier, Mario Laporta.
“Serafo” se defendió de las acusaciones: “Sólo quise ayudar a unas personas, pensando que era de buena fe, para que pudieran obtener una moratoria, pero usaron mi nombre para armar lío. Sólo relacioné a una empresa, pero yo no tengo nada que ver, por eso yo sigo en libertad”.
Pero las escuchas telefónicas comprometen a Dengra y hasta el abogado defensor de los cabecillas, Carlos Marcelo Rodríguez, lo señaló puntualmente.
Con esas escuchas se logró reconstruir cómo operaba la banda con la ayuda del área de sistemas de la AFIP, que le marcaba potenciales clientes y borraba deudas, previo pago de comisiones. De allí surgieron los nombres de dos funcionarios de alto rango del ente recaudador -Karina Venier y Pablo Gatti-, muy cercanos a Ricardo Echegaray.
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