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Los denominados "caza uber" no distinguen vehículos de conductores que trabajen con esta aplicación de los de otras, como por ejemplo Cabify que tiene el permiso del gobierno para funcionar en la Ciudad, ni otro tipo de personas que simplemente viajen con pasajeros y el asiento del acompañante vacío.
A más de dos años del desembarco en nuestro país de la plataforma de transporte privado de pasajeros Uber, que aún litiga su legalidad en la justicia de la Ciudad de Buenos Aires, continúan registrándose hechos de violencia por parte de algunos taxistas que identifican a estos vehículos y los agreden con piedras, insultos y hasta balas de goma.
Los denominados “caza uber” no distinguen vehículos de conductores que trabajen con esta aplicación de los de otras, como por ejemplo Cabify que tiene el permiso del gobierno para funcionar en la Ciudad, ni otro tipo de personas que simplemente viajen con pasajeros y el asiento del acompañante vacío.
La semana pasada, una mujer denunció que el auto en el que viajaba su hijo de diez años, contratado al servicio de transportes Cabify, fue atacado por un taxista que disparó una bala de goma y “de milagro” no alcanzó al menor.
El martes 12 de junio, cerca de las 19, el hijo de Verónica Cheja, viajaba con la mujer que lo cuida, cuando de repente el vehículo recibió un balazo de goma en una de las ventanillas traseras.
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El hecho ocurrió en la esquina de las avenidas Libertador y Pueyrredón, justo antes de doblar y, según denunció la mujer a través de las redes sociales, “había un taxista parado”.
Tras la agresión, el chofer de Cabify frenó el auto unos metros más adelante y corroboró que los pasajeros se encontraban bien, en el interior del coche encontraron una bala de goma, pero el taxista ya había escapado del lugar.
A principios de mes, un hombre de 79 años fue increpado por un grupo de taxistas que lo acusaba de ser chofer de Uber, en esta ocasión le cruzaron dos autos cuando llevaba a sus nietas de 6 y 11 años al colegio.
Las niñas iban en el asiento trasero ya que son menores, y el hombre tuvo que detener el auto y explicarle a los agresores que no era chofer ni trabajaba para esa plataforma.
El mes pasado, un episodio similar vivió la hija de la conductora Catherine Fulop, Oriana Sabatini, que viajaba en un remis cuando atravesó una manifestación de taxistas que precisamente rechazaban el funcionamiento de esta aplicación.
Según explicó Fulop a través de las redes sociales y en distintos medios televisivos, “sin mediar palabras” los manifestantes le arrojaron piedras al vehículo y hasta “le cortaron las cubiertas”, la conductora calificó la situación como “angustiante”.
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