Este jueves 8 de marzo se conmemora una vez más el Día Internacional de la Mujer. El motivo de esta fecha se da porque el mismo día, pero de 1908, un grupo de costureras industriales de grandes fábricas de Nueva York, realizaron una huelga de manera pacífica que culminó en tragedia.
Estas trabajadoras reclamaban, entre otras cosas, la reducción de la jornada laboral, el fin del trabajo infantil y un aumento salarial. Como consecuencia de este hecho, 129 mujeres murieron quemadas en un incendio en la fábrica Cotton Textile Factory.
Debido a esto, y tras muchos años de militancia por la causa, en 1977 la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 8 de marzo como el Día Internacional por los Derechos de la Mujer y de la Paz Internacional, una jornada que se celebra con diferentes eventos alrededor del mundo.
De todas maneras, las diferencias salariales por género fueron del 23% en 2017, y eso se ha convertido en una de las demandas del paro de mujeres de este jueves en la mayor parte del mundo que se realiza bajo la consigna “si nosotras paramos, el mundo para”. Se trata de un fenómeno que se profundiza en las jubilaciones, según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Una de las dificultades de cotejar datos entre países se evidencia en que las cifras oscilan en función a la fuente y las metodologías.
En Alemania, país en que el 70% de las mujeres trabajan, la brecha salarial de género alcanzó el 21%, apenas dos puntos debajo de la media, pero esa cifra ascendió al 45% en el caso de las jubiladas, según datos de la Oficina Federal de Estadísticas de ese país, (Statistisches Bundesamt) y a un estudio elaborado por el Instituto BBVA de Pensiones.
En Francia, la brecha salarial se ubicó en 7 puntos por debajo de la media mundial, 15,8%, según la Oficina Europea de Estadística, (Eurostat).
Sin embargo, al analizar la población en edad jubilatoria, la diferencia entre hombres y mujeres alcanza el 42%.
España es otro ejemplo de país con brecha de género por debajo de la media (14,9%), pero cuando las cifras se extienden a la cobertura de pensiones, la brecha se profundiza en 52%.
En tanto, en países de América Latina, como Perú y Colombia, en los que aparecen intentos de aminorar la diferencia de género en las remuneraciones, la brecha salarial es aún un problema a resolver.
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