Los pilotos de un equipo de planeadores estadounidenses establecieron un record mundial para un vuelo sin motor alcanzando la mayor altitud en la Patagonia argentina y superando la marca que ellos mismos establecieron en pocos días.
Se trata de un planeador experimental construido por el equipo Perlan Project integrado por 20 personas utilizando como base el aeropuerto de El Calafate. Si bien los récords se fueron superando en los últimos días, la noticia recién trascendió ayer.
Con el viento como el único motor, los pilotos Jim Payne y Tim Gardner llevaron a la aeronave Perlan 2 a 23.203 metros (76.124 pies) sobre el nivel del mar, aproximadamente 4 mil metros por arriba de la máxima altura utilizada en la mayoría de los vuelos comerciales.
La marca anterior de Payne y Miguel Iturmendi en 19.439 metros, que ya había superado en 947 metros el primer vuelo del domingo 26 de agosto de Payne y Morgan Sandercock.
Tras el primer vuelo, Paney dijo que “el cielo comienza a oscurecerse” a esa altura y la curvatura de la Tierra es visible.
Para establecer las marcas, el equipo del Perlan tuvo cinco semanas de preparación en El Calafate y dos semanas de práctica. El 26 de agosto, después de analizar los vientos del pronóstico meteorológico decidieron buscar el primer record y tras volar varias horas entre Cerro Norte y Punta Bandera en Santa Cruz alcanzaron la marca de 18.492 metros medidos por GPS.
Al aterrizar en El Calafate, la torre de control del aeropuerto encendió las luces y los bomberos hicieron sonar la sirena para acompañar la celebración por el récord.
Dos días más tarde, y con la adversidad de encontrarse sin electricidad en el aeropuerto, el equipo del Perlan 2 volvió a salir a pista y superó su marca anterior.
Finalmente, el 2 de setiembre, después de una noche lluviosa y con ráfagas de nieve y granizo, el aeroplano alcanzó su mejor marca sobre la cordillera de Los Andes. “Creemos que éste es el vuelo sostenido más alto de un avión subsónico alado, tripulado”, afirmó Paney.
Para volar en las zonas más altas de la atmósfera de la Tierra, se deben aprovechan las ondas de montaña estratosféricas, un fenómeno atmosférico que ocurre solo durante un breve período de tiempo cada año y en pocos lugares. En el caso de El Calafate, las corrientes de aire pueden llegar a superar los 100.000 pies (30.480 metros).
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