Rubén Orlando es uno de los estilistas más reconocidos de la Argentina. Por sus hábiles manos pasaron las cabelleras de políticos como Carlos Menem, su hija, Zulemita, algunos miembros de la familia de La Rúa y celebridades argentinas e internacionales como Liza Minelli, Alain Delon, Nino Ventura, Susana Giménez, Cacho Fontana, Puma Rodríguez, Julio Iglesias, entre otros.
Desde muy chico convivió con la profesión y no tenía dudas que eso era lo que quería ser el resto de su vida. Su madre, Candelaria, era la peluquera de un "pueblito" (Del Carril, partido de Saladillo, en provincia de Buenos Aires), donde no tenían energía eléctrica y Rubén vivió hasta los 11 años. "Yo vengo de muy abajo, vivíamos en un lugar donde no teníamos energía. Mi vieja le ponía los ruleros a las clientas y las ponía al sol. Un lugar dónde no había una gaseosa en la mesa, ni de primera, ni de tercera marca. Fue una infancia de mucho sufrimiento", explicó Rubén Orlando.
Con su hermano mayor, decidió mudarse a Buenos Aires y comenzó a formarse como estilista. Allí conoció a Miguel Romano -su profesor- quien al tiempo le ofreció trabajar con él como su ayudante. Más adelante y por decisión propia, Rubén se sumó al equipo de Andrea Paparella hasta que pudo tener su propia peluquería. "Llegó el momento donde pude tener mi propia peluquería, que fue donde gasté un millón de dólares con mi hermano. Ahí fue donde la gente me empezó a conocer a nivel masivo", apuntó Orlando quien admitió que a veces "uno empieza a volar y se olvida de los orígenes".
Es así, como su vida dio un giro de 360° y de pasar de invertir un millón de dólares en un salón y ser uno de los estilistas más reconocidos de la Argentina, pasó a no tener para comer. "Ahí fue cuando me fui a vivir a Brasil con mi ex mujer brasilera. Me instalé en una favela, donde tuve que aprender a hacer manzanas acarameladas para cambiarlas por cosas para vivir porque no me aceptaban en las peluquerías grandes".
Durante 3 años su vida en Brasil fue eso: cortes en la calle, peluquerías de barrio y manzanas acarameladas. Una época de su vida donde el "gringo Rubén" -como le decían en la favela- admitió haber conocido un mundo "totalmente diferente, lejos de todo glamour", donde lo "trataron con mucho amor" y gracias al cual volvió a "poner los pies en la tierra".
A partir de ese momento recordó sus orígenes y se propuso que si volvía a la Argentina iba a hacer algo por la gente de la villa 31, lugar del cual eran la mayoría de sus empleados en la época que tuvo 32 salones. "Un día se lo comenté a un taxista, y me dijo ‘conozco a una ONG para ayudar a los chicos de la 31. Ahí fui, presenté la idea y armamos la escuela donde ya se recibieron más de 600 personas en 10 años de este trabajo social", manifestó el estilista creador de la primera escuela de peluqueros en el barrio 31.
"Lo que les transmito es que hay que progresar, las cosas no terminan en la villa, hay cosas para hacer, hay que hacer, hay que viajar, no hay que detenerse y odiar al que tiene plata, porque no todos la hicieron robando", detalló Orlando.
Fiel partidario del peronismo pero "abierto a los proyectos de todos los partidos", Rubén Orlando, decidió dar un paso más y volcar sus ganas de ayudar a un ámbito más amplio, que beneficie a más argentinos: la política. "Quiero hacer cosas por nuestra sociedad para que vivamos mejor, estemos mejor y la inclusión social me parece muy importante", explicó el estilista sobre su nuevo rumbo luego de recibir la propuesta por parte del partido Justicialista para ser legislador.
"Hay muchísimas cosas por mejorar. La justicia en primer lugar. No puede ser que pasen cosas tan graves cómo las que pasan y al otro día, a la semana o al mes (los responsables de esos hechos) estén sueltos en la calle", explicó Orlando. Y añadió: "Yo creo que la política Argentina necesita de gente nueva, de gente como uno, no de políticos que ya están manchados. Ya la gente no cree y no quiere eso. Yo no soy político pero mi interés es que la Argentina mejore. Yo creo que legislando puedo dar cosas muy buenas".
Uno de sus proyectos incluiría el enseñar oficios junto a su asociación civil "Trabajo e Inclusión", la cual cuenta con oficios de todo tipo y no solo de peluquería. "Yo creo que es una de las cosas que se necesita hacer y es una en las cuales estoy enfocado", expresó Rubén Orlando. "Lo más importante es hacer política por hacer política, no por intereses propios", concluyó.
Aún no reveló para que agrupación del partido participará porque sus compañeros aún no comunicaron oficialmente su candidatura, pero Orlando adelantó que durante mazo se dará a conocer la noticia y aseguró que está seguro que el justicialismo bien manejado, con gente en la cual él cree, va a lograr que estas cosas se lleven a cabo.
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