El Gobierno desplazó a Marcelo Covelli, director de Sucesos Marítimos de la Junta de Seguridad en el Transporte, por haber dicho que Argentina investigaría el accidente en el que murió Mila Yankelevich.
El Gobierno nacional decidió apartar de su cargo a Marcelo Covelli, director de Investigación de Sucesos Marítimos de la Junta de Seguridad en el Transporte (JST), luego de que el funcionario afirmara públicamente que Argentina investigaría el trágico accidente náutico ocurrido en Miami, en el que falleció Mila Yankelevich, nieta de la reconocida productora televisiva Cris Morena.
La declaración de Covelli generó una fuerte polémica, ya que fue considerada incorrecta y fuera de jurisdicción. En un comunicado oficial, las autoridades nacionales aclararon que “la investigación de seguridad está a cargo de la Guardia Costera estadounidense (USCG)” y que la participación argentina “se limita al intercambio de información para asegurar una investigación técnica, objetiva, imparcial e independiente”.
“El Estado argentino no está investigando directamente las causas del incidente ni se está abriendo una investigación paralela”, especificó la JST, organismo que depende de la Secretaría de Transporte, a su vez bajo la órbita del Ministerio de Economía. El comunicado agregó que se pidió la renuncia de Covelli por haber divulgado “información incorrecta acerca de la investigación en curso”.
La decisión fue adoptada por el presidente de la JST, Federico Suleta, por instrucción del titular de la Secretaría de Transporte, Luis Pierrini. El episodio volvió a poner en el centro de la escena la tragedia que sacudió a Miami el lunes, cuando una barcaza colisionó contra un velero en el que navegaban cinco niñas, de entre 7 y 13 años, junto a una instructora. El impacto causó la muerte de dos menores: Mila Yankelevich y Erin Ko, esta última de nacionalidad chilena.
Según trascendió, la barcaza podría haber estado en la zona como apoyo logístico para tareas de construcción. El choque se produjo en un canal de aguas bajas en la zona de Isla Hibiscus, y la investigación está siendo conducida con absoluto hermetismo por las autoridades estadounidenses. Tanto el conductor de la barcaza como el capitán del remolcador fueron sometidos a pruebas de alcoholemia y drogas, cuyos resultados aún no fueron informados.
En tanto, el Miami Yacht Club, organizador del campamento de verano del que participaba Mila, permanece cerrado mientras avanzan las pericias. A pesar del silencio oficial, la Guardia Costera de EE.UU. confirmó que está llevando adelante una “investigación exhaustiva” para determinar las responsabilidades del siniestro.
Entre las menores que sobrevivieron, una de ellas —Calena Gruber, de 7 años— fue dada de alta luego de recibir varios puntos de sutura. En cambio, Arielle Buchman, de 13, permanece internada en estado crítico en el Jackson Memorial Hospital. En un confuso episodio informativo, algunos medios locales difundieron su fallecimiento, pero esto fue luego desmentido.
Por su parte, la identificación de la segunda víctima fatal también generó confusión en un primer momento. Si bien se creyó que ambas niñas eran argentinas, el Consulado de Chile confirmó que Erin Ko, de 13 años, tenía esa nacionalidad. Según la prensa chilena, sus padres eran de origen coreano y se habían establecido en el país trasandino el año pasado.
Mientras la investigación avanza en EE.UU., el Gobierno argentino intenta corregir el desliz diplomático generado por Covelli y limitar su rol en el proceso. La intervención de la JST quedó reducida a la figura de “Estado con Intereses de Consideración”, una categoría técnica que solo permite el intercambio de información, sin capacidad para abrir una causa formal.
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