"Cascote, un perro macanudo" es
el nombre de la página en Facebook que creó, en octubre del año pasado,
Federico Sordo, como una manera de encontrarle un hogar a un ovejero alemán que estaba en la puerta del edificio donde vive.
"Estaba 'cascoteado' por eso le puse ese nombre", contó el publicista de 30 años para quien
"la vida me cambió, porque crecí gracias a los perros, a su voluntad, a su entrega para salir adelante".
Cascote estaba flaco, herido, tenía sarna "así que lo llevé al veterinario, lo curaron pero necesitaba dinero para los remedios, así que amigos y compañeros de trabajo me ayudaron y pensé que
tenía que explicar cómo gastaba el dinero, por eso abrí la página en Facebook". A los tres meses, el perro estaba curado "así que comencé la campaña para que lo adopten, siempre con mensajes positivos, nunca desde la lástima". Así, el slogan para fomentar la adopción del animal era "
¿Qué harías con un perro macanudo?".
En los inicios de la comunidad virtual
"había 1.200 miembros, ahora, somos casi 20.000", resaltó el joven, incremento que adjudicó a que el espacio en línea "es abierto, las personas comparten historias sobre animales, se difunden refugios, servicios de zoonosis y se incentiva la adopción".
El muro de Facebook está plagado de relatos y de videos que propician la adopción de perros recuperados de la vía pública, además de la guía ilustrada "Pasos para ayudar a un perro que te encontrás en la calle".
La guía, breve y práctica, también recomienda otro espacio solidario en línea: la Red Mascotera (
www.redmascotera.com) que ofrece registrar a las mascotas para que, en caso de que se pierdan, sean fácilmente ubicables.
Gracias a las redes sociales,
Federico Sordo y la comunidad virtual, ya le encontraron familia a 14 perros, logro que fue posible "porque intento que todos nos involucremos, que no nos quedemos en la queja, porque cada perro que vive en la calle es responsabilidad de todos: alguien lo abandonó", reflexionó.
El inspirador de la iniciativa, Cascote, fue adoptado por una joven de la localidad bonaerense de
Open Door, pero una fumigación con pesticidas en la zona hizo que el animal se envenenara.
"Fue un golpe durísimo, pero canalicé el dolor rescatando a más animales, porque creo que no deben existir lugares de acopio de perros, si bien es admirable lo que hacen las personas de algunos refugios, con los cuales también trabajamos en red", explicó.
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