Es normal que suela creerse que la aparición de OVNIS es un tipo de acontecimiento aéreo que comenzó a conocerse recién durante el siglo XX. Pero no es así. Antiguos registros mencionan la aparición de objetos desconocidos moviéndose en la atmósfera terrestre, para sorpresa de sus testigos.
Como ejemplo, pasaré a describir un suceso ocurrido el 26 de noviembre de 1866 durante el período histórico conocido como Guerra del Paraguay –también conocida como Guerra de la Triple Alianza” que se extendió entre 1865 y 1870– en que intervinieron, además de esa nación, Argentina, Uruguay y Brasil. El saldo: miles de muertos, enorme destrucción.
El saldo definitivo de toda guerra. Irreparable.
De las crónicas de por entonces rescato un episodio que nos sumerge en la presencia más que de lo que puede llamarse “objeto volador no identificado”, de aquello que – por sus características – prefiero denominar vehículo extraterrestre dirigido (VED) Veamos.
Dice la crónica: “El día 26 de noviembre de 1866 se hallaba navegando por el río Paraguay en misión de guerra, un bergantín brasileño al mando del Capitán Augusto Leverger (más tarde agraciado con el título de barón de Melgazo), cuando éste percibió al hallarse en cubierta durante la noche, un fenómeno que no tenía explicación lógica.”
“A las cinco horas y cuarenta y siete minutos de la madrugada –explica el capitán Leverger en su libro de bitácora – estando el cielo perfectamente limpio y calmo, percibí un globo luminoso que con increíble rapidez describió una curva de 30 grados rumbo al noroeste, dejando subsistir tras de sí una faja de luz en la cual se distinguían tres cuerpos, cuyo brillo era mucho más vivo que el de la faja e igualaba, si no excedía en intensidad, el de la Luna Llena en tiempo claro.”
“Después de veinticinco minutos de observación, de la que también fue partícipe una parte de la tripulación de la nave, todo desapareció bruscamente, y a partir de allí no hubo más perturbaciones atmosféricas.”
“En la ciudad de Asunción (Paraguay) conversé con el embajador de Brasil y otras personas, que testimoniaron esta declaración.”
“Sometiendo a cálculos trigonométricos las posiciones detectadas... se estima que el fenómeno debió verificarse dentro de la atmósfera y a tan sólo 59 leguas de Asunción.”
Relato valioso. Serio. Preciso. Minuciosamente detallado. Precisión de Parte de Batalla. Interesante el detalle de que el “globo luminoso” “desapareció bruscamente.” Dando la impresión de que todo se ha esfumado.
¿Cuántas veces hemos escuchado la misma frase en tantos testigos repartidos en toda la Tierra y durante décadas? El detalle de la desaparición repentina es muy frecuente. Tampoco caben, aquí, confusiones con meteoros o asteroides. ¡Ningún bólido se mantiene en el cielo durante veinticinco minutos! Y menos haciendo curvas de 30 grados sin contar con una propulsión propia.
El capitán Augusto Leverger atribuye al suceso naturaleza meteorológica. Busca una explicación sensata para sus días. No olvidemos: 1866. Nadie –a excepción de unos pocos– soñaba con la posibilidad de viajar al espacio. Mucho menos de que estuviéramos siendo visitados por aparatos construidos en otras regiones del Cosmos por civilizaciones inteligentes.
Ocurrió un 26 de noviembre de 1866. Acaba de cumplirse un nuevo aniversario del enigmático suceso. Momentos en que la proximidad del verano hace que amanezca más temprano. A poco del alba tuvo lugar el misterioso paso de aquello desconocido. Sorprendiendo en el río a un capitán taciturno y a algunos de sus desvelados tripulantes.
Contrastando la negrura brillante de la noche. Del amanecer, casi. Más allá, en la tierra, la gente que despierta para iniciar otro día de luchas y de sangre desvía su vista atraída por un resplandor desusado. No fue alucinación. No fue cansancio. Existió. Estuvo allí. Esto no lo explica ni la Meteorología, ni la Astronomía.
Durante casi media hora un grupo de hombres olvidó la guerra y se asombró con aquella aparición inexplicable. Luego, todo continuó…
Antonio Las Heras es doctor en Psicología Social. Su libro “OVNIS, los documentos secretos de los astronautas”, fue publicado por Grupo Argentinidad. www.antoniolasheras.com