Nacida en la localidad chubutense de Rawson, "desde hace tres años vive encerrada entre cuatro paredes en un hotel del barrio de Congreso,
conectada permanentemente a un tubo de oxígeno, porque no puede respirar por sus propios medios. Es lo que se llama oxígeno-dependiente y electro-dependiente, porque si se corta la luz se muere".
Tiene dos hermanitos,
Nahuel, de 13 años, y
Uma Xiomara, de 5, que viven en Rawson con su padre,
Cristian Adrián Cal, "y que cada tres o seis meses vienen a Buenos Aires a visitar a su hermanita, porque ella está imposibilitada de salir de la habitación del hotel porque el tubo de oxígeno es inmenso y pesadísimo".
Acompañada también permanentemente por su padrino y enfermero,
Miguel Angel Molina, a quien Nicole llama "papi", cuando "cumplió su primer añito de vida lo pasó muy grave, en terapia y entubada. En la Navidad de ese año fue atacada por dos bacterias que se le fueron al pulmón y puso en peligro su vida. Estaba pinchada por todo el cuerpo. Tanto los médicos que la vieron en Rawson como los médicos que la atendían acá en Buenos Aires,
el primer diagnóstico que hicieron fue que no iba a poder resistir". El momento más dramático del relato, fue cuando su madre expresó: "Los médicos ya la habían desahuciado y ahí fue cuando yo la abracé y le dije:
'¿te querés quedar conmigo o te querés ir?' y Nicole me agarró fuerte de la mano. A partir de ese instante comenzó a mejorar día a día y desde entonces no me canso de agradecerle a Dios porque soy inmensamente creíble".
Bautizada por su madre como
La Popu, "porque hace pocos días la vino a visitar el periodista y cantan te conocido como
El Popu, que le regaló su nuevo CD y a Nicole le gustó tanto el disquito que lo escu cha muy seguido y además ve por YouTube los videos que El Popu su bió a las
redes sociales y se muere de la risa". Mientras la mamá cuen ta esta anécdota, la pequeña no de ja de jugar con las latas de leche que le trajeron.
Aferrada a la fe y sin abandonar nunca la sonrisa que la distingue, Nicole, quien maneja la tablet mejor que un especialista, no sólo le ganó la batalla a la muerte,
sino también a los diagnósticos agoreros que decían que "en el mejor de los casos iba a quedar postrada y en estado vegetativo, porque ella no podía sentarse solita y era como una gelatina que se sentaba y se iba de costado. También me decían que no iba a caminar y gracias a Dios hoy en día Nicole se mueve de un lado al otro dentro de la habitación del hotel donde vivimos.
Ahora a través de la obra social estamos pidiendo si nos pueden mudar a un departamentito para que mi hija tenga más lugar para moverse por sus propios medios".
Actualmente está acompañada por su primita,
Camila Alejandra, quien vino a visitarla desde su Trelew natal para darle una mano a Jéssica y ayudarla en las tareas cotidianas. "Afortunadamente, este año Nicole no entró en terapia y por suerte nunca tuvo fiebre.
Todos me decían que estaba loca cuando yo decía que mi hija iba a caminar y hoy puede desplazarse por sus propios medios".
Separada de hecho del padre de Nicole, quien tuvo que volver a Rawson para no perder el trabajo, Jéssica Navarro está convencida de que "estamos en presencia de un milagro y gracias a Dios a mi hija nunca se le borró su inmensa sonrisa por más que esté conectada a un tubo de oxígeno para seguir viviendo".