Federico Franco, quien fuera vice del distituído Fernando Lugo, asumió esta tarde como presidente de Paraguay en el medio de un clima de enojo y alegría por parte de la población que se mostró dividida por la decisión de los senadores.
En su discurso como flamante jefe de Estado, Franco, quien es médico cardiólogo, aseguró que no tiene odio ni rencores y llamó al consenso a todos los partidos que integran al vecino país.
"La única manera que podré
llevar adelante será entre todos los sectores, colorados, liberares,
patriaqueridistas, cerrista, olimpisitas, católicos y no católicos”,
aseveró al tiempo que aseguró que durante su gobierno se va a respetar
lo legal y que se va a garantizar la seguridad de todo el pueblo.
"La República del Paraguay vive momentos difíciles, y en estos momentos y
por circunstancias, Dios y el destino quiso que asuma la presidencia de
la República", sentenció el nuevo mandatario quien además manifestó su deseo de que el 15 de agosto de 2013 pueda entregarle al presidente venidero "un país organizado, sin más muertes".
"No pretendo hacer un programa de gobierno porque vamos a continuar absolutamente todos los proyectos exitosos para el pueblo" y prometió impulsar una política energética "para que ningún paraguayo tenga que ir al extranjero a buscar trabajo".