El presidente del gobierno regional Carles Puigdemont, aseguró este martes que defiende “el mandato del pueblo de Cataluña de ser independiente”, pero le pidió al Parlamento que “suspenda la declaración de independencia, para emprender un diálogo para llegar a una solución acordada”.
"Pido al Parlamento que suspenda la declaración de independencia para iniciar un diálogo las próximas semanas”, declaró el dirigente ante los diputados catalanes en Barcelona.
“El único lenguaje que entendemos es el sí a la independencia”, afirmó el mandatario, quien además sentenció: “No somos unos delincuentes, no somos unos locos, no somos unos golpistas, no somos unos abducidos, somos gente normal que pide poder votar”.
“Hay un antes y un después del 1 de octubre”, en referencia al reciente referéndum, y añadió: “este momento histórico ha llegado”.
Además aclaró: “no tenemos nada contra España ni contra los españoles” pero afirmó que “desde hace muchos años, la relación no funciona”.
“Como presidente, soy muy consciente de que hay mucha gente angustiada, preocupada, gente de todas las ideas. La violencia gratuita y el traslado de empresas (lo que tiene efecto real son los 16.000 millones de euros catalanes que cambian de sede social) son hechos que han enrarecido el ambiente”, continuó.
“Actuaré con responsabilidad y teniendo en cuenta a todo el mundo. Desde la muerte de Franco, Cataluña ha contribuido mucho a la consolidación de la democracia española. Cataluña creyó que la Constitución española podría ser un buen punto de partida”, aseguró.
Puigdemont hizo un resumen de los últimos años y cómo la región de Cataluña intentó avanzar en una mayor autonomía, negociando con el gobierno central de España, y acusó a las autoridades nacionales de haber cambiado dramáticamente el texto final de la ley de autonomía.
“Durante este período millones de ciudadanos llegaron a la conclusión racional de que la única forma de mantener el autogobierno es que Cataluña se constituya en un Estado. Las últimas elecciones al Parlamento son prueba de ello”, aseguró el presidente de gobierno, cuyo partido no consiguió una mayoría absoluta, sino que tuvo que aliarse con fuerzas independentistas menores.
La sesión del parlamento catalán de hoy empezó accidentada y demostró el clima de tensión e incertidumbre que se vive en Barcelona y en todo el país. La presidenta del Parlamento catalán, Carme Forcadell, postergó por una hora el inicio de la sesión y llamó a una reunión de último momento con los jefes de las bancadas, luego que fuentes del gobierno catalán explicaron a Télam que Puigdemont pidió un retraso ya que estaba manteniendo contactos de último momento con intermediarios internacionales para evitar una nueva escalada política en el conflicto con el gobierno español encabezado por Mariano Rajoy.
Fuera del parlamento regional, la tensión dominaba las calles.
El gobierno de Rajoy volvió a ordenar un masivo despliegue de seguridad que alcanzó a aeropuertos y estaciones de tren, mientras que miles de simpatizantes independentistas se mantienen firmes en algunas plazas de las principales ciudades de Cataluña, esperando escuchar qué define Puigdemont para el futuro de Cataluña.