Tras la visita de la líder del Congreso de Estados Unidos y las tensiones militares que se generaron por su paso, China advirtió que no tolerará "actividades separatistas" en Taiwán e insistió en que la retomará por la fuerza si es necesario.
China, que considera a la autónoma Taiwán un territorio propio, respondió a la visita de Nancy Pelosi con amenazantes ejercicios militares en torno a la isla que alarmaron a la región. Por esta razón, Taiwán realizó luego sus propias maniobras y lanzó fuertes acusaciones contra Beijing.
En un documento publicado este miércoles bajo el título "La Cuestión de Taiwán y la Reunificación de China en la Nueva Era", se subraya que este "es un hecho indiscutible" la autoridad de China sobre Taiwán y presenta una serie de argumentaciones históricas con "base sólida en la historia y la jurisprudencia" sobre el estatus de la isla.
"Estamos listos para crear un vasto espacio para la reunificación pacífica, pero no dejaremos lugar para actividades separatistas de ninguna forma", informaron desde el Gobierno chino pero a su vez agregaron que no renunciaran “al uso de la fuerza y nos reservamos la opción de tomar todas las medidas necesarias".
Las advertencias llegan luego de varios días de maniobras militares chinas alrededor de la isla, las cuales se intensificaron después de la llegada de Nancy Pelosi, segunda en la línea de sucesión presidencial, la cual se convirtió en la más alta autoridad estadounidense en visitar Taiwán en décadas pese a la amenaza de represalias de China.
Desde la década de 1990, la isla pasó de ser una autocracia a una democracia vibrante, y emergió una identidad taiwanesa particular.
Las relaciones entre las dos partes se deterioraron desde 2016, cuando llegó al poder la actual presidenta Tsai, cuyo Partido Progresista Democrático no considera a Taiwán como parte de China.
Desde China le prometen a Taiwán prosperidad económica así como "más seguridad y dignidad" después de la "reunificación".
Las maniobras militares chinas posteriores a la visita de Pelosi debían concluir el domingo pasado, pero fueron extendidas, y China no ha dicho cuándo terminarán. Japón y Australia, rivales de China en la región, exigieron el fin de los ejercicios.
La tensión escaló aún más el martes cuando el Ejército de Taiwán comenzó maniobras con fuego real para probar su capacidad defensiva ante una posible invasión china, al tiempo que Beijing prolongaba los iniciados la semana pasada.