La proliferación de diferentes operativos de vacunación en contra del coronavirus generó lo que en Estados Unidos han bautizado como el "turismo de vacunas", un fenómeno que puso en alerta a los funcionarios y que, en algunos estados, obligó a tomar medidas de control.
Por caso, Florida, California, Nueva York y Texas, se pusieron en pie de guerra ante esta metodología que permite que viajeros -internos y externos-, consigan las dosis necesarias para inmunizarse de Covid-19.
Tres casos emblemáticos en Florida hicieron sonar las alarmas de las autoridades. Uno es el del conductor televisivo mexicano Juan José Origel. El periodista de 73 años, compartió una foto en las redes sociales en el momento en el que le aplicaban la vacuna y escribió: “Qué tristeza que mi país no me brindó esa seguridad", para señalar que en México la oferta de vacunación para la población general fue limitada.
Otras dos situaciones similares se dieron con dos personalidades conocidas en Argentina. Una de ellas, la mediática abogada Ana Rosenfeld. La otra, el de la esposa del exfutbolista, Diego Latorre, Yanina Latorre.
Al igual que Origel, ambas compartieron en redes sociales su experiencia de vacunación en Florida, donde estaban como turistas.
Como era de esperarse, rápidamente estos posteos se viralizaron y generaron la indignación de muchos residentes de Florida que no habían podido aplicarse la dosis correspondiente por estar en falta.
La respuesta gubernamental no se hizo esperar y se anunciaron nuevos requisitos para obtener una vacuna, entre otras, la prueba de residencia.
"No se permite el turismo de vacunas. Es detestable, la gente no debería venir aquí para recibir una vacuna y salir volando", sostuvo el director de Emergencias de Florida, Jared Moskowitz, quien además confirmó que hasta el pasado 27 de enero, poco más de 52.000 personas vacunadas fueron registradas como gente que vive "fuera del estado".
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Nueva York, Texas y California, se alinearon con Florida y también decidieron ponerle un coto a esta situación.
En Nueva York, ante el reporte de canadienses que llegan a buscar la vacuna, se pide que los adultos mayores tengan una prueba de residencia. Mientras que los trabajadores de primera línea deben mostrar un comprobante de empleo válido en ese estado.
En tanto, en Texas también se está registrando casos de extranjeros, que, de acuerdo a las autoridades, tienen "buena posición económica y contactos".
Mientras la prensa local asegura que los hospitales han "vacunado a unas pocas docenas" de mexicanos, el gobernador Greg Abbott indicó que “las vacunas están destinadas a los texanos y debes ser residente de Texas para recibir una vacuna aquí".
Por su parte, California, el estado más poblado de los Estados Unidos, exige una prueba de empleo para los trabajadores sanitarios, aunque para un adulto mayor de 65 años no hay requisito de prueba de residencia.
"La distribución de vacunas se basa en la elegibilidad independientemente del estado de residencia o inmigración", indicó al respecto el Departamento de Salud de California.