"Iglesias hermanas, pueblos hermanos: reconciliación entre cristianos separados, como contribución a la pacificación de los pueblos en conflicto, es hoy más relevante que nunca, mientras el mundo está conmocionado por una agresión bélica cruel y sin sentido, en la que muchos cristianos luchan entre sí", expresó Francisco al recibir a una delegación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla.
Y agregó: "Hay víctimas que llorar y demasiada sangre, la muerte de tantos inocentes, los traumas de familias, de ciudades, de todo un pueblo: cuánto sufrimiento en quienes han perdido a sus seres más queridos y se ven obligados a abandonar su hogar y su patria".
"Luego hay que ayudar a estos hermanos y hermanas: es un un recordatorio de la caridad que, como cristianos, estamos obligados a ejercer", señaló el Papa.
El Sumo Pontífice dijo que todos los días lleva "en el corazón a la querida y martirizada Ucrania, que sigue siendo azotada por bárbaros atentados, como el que golpeó el centro comercial de Kremenchuk".
"Rezo para que esta guerra loca llegue pronto a su fin, y renuevo la invitación a perseverar, sin cansarse, en la oración por la paz: ¡Que el Señor abra esos caminos de diálogo que los hombres no quieren o no logran encontrar! Y no dejemos de acudir en ayuda del pueblo ucraniano, que tanto está sufriendo”, instó.
comentar