La profecía fue publicada en 1595 por el historiador benedictino Arnold de Wyon en su obra "Lignum Vitae, Ornamentum et decus Ecclesiae" (El árbol de la vida, el ornamento y la gloria de la Iglesia).
Wyon atribuye la lista a San Malaquías, obispo de Armagh, Irlanda, en el siglo XII.
Según la tradición, en 1139 Malaquías fue llamado a Roma por el papa Inocencio II para recibir el palio obispal y en la Ciudad Eterna tuvo al parecer un sueño sobre los futuros pontífices.
Malaquías contó la visión, con una larga secuencia de frases bastante oscuras, en un manuscrito titulado "Prophetia de Summis Pontificibus" (Profecía sobre los Soberanos Pontífices).
En la lista se describen con pocas líneas los rasgos salientes de todos los papas a partir de Celestino II, electo en 1143.
El manuscrito fue depositado en los Archivos Vaticanos, donde quedó olvidado hasta su re-descubrimiento en 1590.
Según algunas interpretaciones de esa lista, en la que Benedicto XVI es el penúltimo pontífice, la misma finalizará con un papa presentado como Petrus Romanus.
El pontificado de Petrus Romanus, según la profecía, terminará con la destrucción de la ciudad de Roma y, probablemente, con el contemporáneo fin de la Iglesia y del mundo.
Sin embargo numerosos estudiosos piensan que la profecía es una falsedad del siglo XVI.
En realidad las "profecías" habrían sido redactadas por el falsificador italiano Alfonso Ceccarelli para influir -sin haberlo logrado- sobre los cardenales para el Cónclave de setiembre de 1590.
En ese Cónclave fue electo papa Giovanni Battista Castagna, quien adoptó el nombre de Urbano VII.
A pesar del tema de la falsedad histórica de la lista de papas, cada vez que en el vaticano se habla de sucesión para el trono de Pedro, la fantasía popular vuelve a desempolvar la famosa "Profecía de Malaquías'.
Sobre Petrus Romanus (Pedro el Romano) los intérpretes de Malaquías no se ponen de acuerdo, pues mientras unos entienden que vaticina el fin del mundo, otros piensan que se trata de una alusión a la renovación espiritual de la Iglesia.
Las profecías en cuestión terminan con 25 palabras en latín que se traducen de la siguiente manera: "Durante la persecución final de la Santa Iglesia Romana reinará Pedro el Romano, que apacentará su rebaño entre muchas tribulaciones; luego, la Ciudad de las Siete Colinas (o sea Roma, ndr) será destruida y el Juez Terrible juzgará al pueblo'.
El papa número 111 de la lista es en ella el Gloria Olivae (la gloria del olivo). La orden benedictina recibe el nombre de olivetana y por ello se identificó a Benedicto XVI (que tomó el nombre de San Benito) como el penúltimo pontífice.
Le seguiría Pedro el Romano, el último Papa, cuyo nombre provendrá del primero, es decir, de San Pedro.