Pekín presentó su segundo portaviones, el primero totalmente “made in China”, construido en los astilleros de Dalian, en la provincia nororiental de Liaoning, con el objetivo de reforzar el perfil de potencia marítima en una región cuyas aguas están agitadas por numerosas disputas territoriales.
Sigue al CNS Liaoning, buque insignia de la Marina, desarrollado sobre un buque de fabricación soviética comprado a Ucrania y entrado en servicio en 2012.
El Type 001A, nombre provisorio del portaviones equipado con dos motores convencionales, tiene 302 metros de largo y 70 de ancho. Es la mayor y más sofisticada nave militar concebida por China, equipado con hangares y puentes de estacionamiento cada vez más amplios, con una capacidad máxima de 67.000 toneladas.
Albergará aviones J-15 y otros, con más de mil unidades entre marineros y pilotos. Serán montados generadores eléctricos, radares y armamentos varios.
“Para proteger los territorios chinos e intereses de ultramar, China necesita dos portaviones y grupos de ataque en el Pacífico occidental y dos en el Océano Indico. Necesitamos cinco-seis portaviones”, según Yin Zhuo, investigador del PLA Navy Equipment Research Center, citado por el Global Times.
Cabe destacar que además de China, seis países tienen un total de 16 portaviones: Estados Unidos, superpotencia de los mares, tiene 10 unidades de la clase Nimitz a propulsión nuclear y todos con capacidad máxima de unas 100.000 toneladas.
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