La primera dama de Estados Unidos, Melania Trump, realizó este jueves una sorpresiva visita a la región de frontera con México, mientras en Washington el Congreso busca responder al escándalo por la separación de miles de niños de familias inmigrantes.
La esposa del presidente Trump visitó un albergue de niños administrado por la Iglesia luterana y un centro de procesamiento de inmigrantes de la guardia fronteriza en la localidad de McAllen, en el estado de Texas.
“Quiero saber como podemos ayudar a estos niños a reunirse con sus familias lo antes posible”, les dijo la primera dama a los auxiliares del albergue.
De acuerdo con informaciones de la oficina de la primera dama, el albergue reúne actualmente unos 60 niños con edades que van de los 5 a los 17 años, provenientes de Honduras y El Salvador.
La primera dama de EE.UU. eligió ayer para el comienzo de su visita a la frontera con México una gabardina con un enigmático mensaje que inundó las redes sociales de expresiones de asombro y especulaciones sobre si quiso enviar un mensaje sobre su interés en las familias de inmigrantes.
“Realmente no me importa, ¿y a ti?”, rezaba la frase impresa en mayúsculas blancas y en inglés sobre la gabardina caqui que Melania llevaba cuando embarcó en su avión a las afueras de Washington para dirigirse a Texas, según captó uno de los fotógrafos presentes. La primera dama ya no llevaba la gabardina cuando desembarcó unas horas más tarde en McAllen (Texas) para visitar uno de los centros de detención para menores inmigrantes y otras instalaciones gestionadas por la Patrulla Fronteriza en esa localidad.
La chaqueta era de la marca española Zara y se vendía por 39 dólares, según la publicación “Daily Mail”, aunque no parece estar disponible en la web estadounidense de la firma española.
La portavoz de la primera dama, Stephanie Grisham, confirmó la autenticidad de la fotografía al ser preguntada al respecto por los periodistas.
“Es una chaqueta. No había ningún mensaje oculto. Después de la importante visita a Texas de hoy, espero que los medios no vayan a elegir centrarse en su vestuario (como hicieron el año pasado con sus tacones altos)”, afirmó Grisham.
Las expresiones de sorpresa e incredulidad se multiplicaron en la red social Twitter al difundirse la fotografía, con un usuario declarándose “sin palabras” y otro aventurando que el mensaje iba dirigido a apaciguar a la base de votantes del presidente estadounidense, Donald Trump.
“Vaya chaqueta ha llevado a la frontera... Y ahora estamos hablando sobre Melania, no sobre los niños”, lamentó Michele Martindill, una usuaria de Nuevo México, en un tuit.
En tanto, en Washington la espectacular controversia por las informaciones sobre más de 2.300 niños y menores de edad separados de sus familias multiplicó la presión sobre los legisladores para definir una salida legal a la situación.
La secretaria de Seguridad Interna, Kirstjen Nielsen, dijo ayer que “el Congreso tiene la autoridad y la responsabilidad de hacer las leyes y arreglar nuestro sistema migratorio. El Congreso tiene que actuar”.
El escenario sumó el miércoles un nuevo elemento, ya que el presidente, Donald Trump, firmó un decreto que pone fin a la separación de familias en la frontera, después de una semana de insistir en que la única respuesta posible estaba en manos del Congreso.
Aparentemente superado el conflictivo tema de la separación de familias, las diferencias entre las posiciones defendidas por republicanos y demócratas volvieron a tornarse evidentes.
Los republicanos controlan las dos cámaras del Congreso, pero en el Senado poseen una mayoría de apenas dos votos, y por lo tanto precisan del apoyo de varios legisladores demócratas para que cualquier ley migratoria sea aprobada.
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