Un relevo llevado a cabo por el diario El Observador da cuenta de sobreprecios insólitos: la yerba Canarias Serena en pocos días pasó de $87 (casi $22 argentinos) a $97 ($24). El mismo producto en Maldonado se consigue a $85 ($21) en un supermercado y a $80 ($20) en otro.
Las diferencias de precios en productos lácteos entre Punta y el resto de los departamentos alcanzan los $12 (3 pesos argentinos). En José Ignacio, a 40 kilómetros de Punta, se puede comprar una botella de agua mineral de 500cc a $100 (25 pesos nuestros).
"Ante la diferencia de precios entre los dos lugares, es común ver todos los días vehículos con chapa argentina que llegan hasta los comercios fernandinos para hacer las compras y ahorrar varios pesos. Algunos hacen un gran surtido cuando llegan, mientras que otros van y vuelven", remarca el artículo.
Para comer, un chivito canadiense (símil al sándwich de lomo argentino) con fritas asciende a $320 ($80 nuestros) en un restaurante, sin contar la bebida. Cocinar pescado también sale mucho más caro: el kilo de paella para llevar se consigue a $560 ($140), unos $100 ($25) más que en el pasado verano.
El presidente de la Cámara de Turismo de Uruguay, Luis Borsari, reaccionó frente a este fenómeno: "En materia de consumos inevitables, como lo son los de las llamadas grandes superficies, ahí realmente puede ser que haya un acuerdo como dicen que hay, y debe haberlo con respecto a algunos productos para que no se salga del precio, pero los que están fuera de ese acuerdo la verdad que han sufrido un aumento, que ocurre en todas las temporadas, pero me parece que en esta temporada en particular se han pasado un poco de la raya".
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