El conflicto entre el Ministerio de Defensa ruso y el jefe del grupo paramilitar Wagner, Yevgueni Prigozhin, escaló en las últimas horas con un nuevo cruce de acusaciones entre las partes. Esto desembocó en el refuerzo de las medidas de seguridad en varias regiones del país y la apertura de un caso penal contra el jefe de mercenarios.
En un primer momento, Prigozhin acusó al Ministerio de Defensa de lanzar un supuesto ataque contra una de las bases del Grupo Wagner en territorio ruso. Como respuesta, el organismo restó toda credibilidad a las declaraciones de Prigozhin y catalogó como falso un video sobre la supuesta ofensiva.
La tensión subió aún más cuando el Servicio Federal de Seguridad (FSB) informó la apertura de una causa penal contra Prigozhin "en virtud del artículo 279 del Código Penal de la Federación Rusa por organización de una insurrección armada". El organismo instó a los integrantes de Wagner a no cometer "errores irreparables", a desobedecer las "ordenes criminales traicioneras de Prigozhin" y a tomar medidas para su arresto.
En este contexto, el jefe de la organización paramilitar, clave en la ofensiva contra Ucrania, anunció la toma del cuartel general del ejército ruso en Rostov y aseguró que controla varias instalaciones militares. Además, advirtió que ingresó a Rusia con sus tropas para deponer al mando militar ruso, y que tanto él como sus 25.000 hombres están "listos para morir" en su cometido.
"Todos nosotros estamos listos para morir. Todos los 25.000 y luego otros 25.000", recalcó Prigozhin por la red Telegram. "Estamos muriendo por el pueblo ruso, que debe ser liberado de quienes bombardean a la población civil". En su mensaje, también juró "llegar hasta el final" en su campaña contra el mando militar ruso y aseguró que sus fuerzas traspasaron la frontera rusa por la región sureña de Rostov.
El presidente ruso prometió este sábado castigar la "traición" del jefe del grupo paramilitar Wagner, cuya rebelión contra el mando militar ruso significa una "amenaza mortal" y el riesgo de "guerra civil" para el país en pleno conflicto con Ucrania.
Con traje y corbata negros, semblante serio y tono marcial, Putin se dirigió, sin nombrarlo explícitamente, a Prigozhin: "Es una puñalada por la espalda para nuestro país y nuestro pueblo", consideró durante un discurso dirigido a la nación.
Entretanto, las autoridades reforzaron las medidas de seguridad en Moscú, donde se instauró un "régimen de operación antiterrorista", consecuencia directa de la amenaza de Prigozhin, quien en un mensaje de audio divulgado en Telegram advirtió que sus fuerzas van a "destruir todo lo que se interponga" en su camino.
Según la agencia de prensa estatal bielorrusa Belta, Putin llamó por teléfono este sábado a su homólogo bielorruso Alexander Lukashenko, un aliado cercano, para informarle "de la situación en Rusia". A su vez, los responsables de la ocupación rusa en las regiones ucranianas de Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jerson (expresaron que sus territorios están "con el presidente" Putin.
En Ucrania, el presidente Volodomir Zelenski aseguró que "la debilidad" de Rusia es "evidente", tras rebelión de grupo paramilitar.