El Ejército chino liderado por Mao Tse-Tsung invadió en 1950 la región del Tíbet, y tras vencer a la resistencia armada de ese país, el gobierno comunista impuso en 1951 el “Acuerdo de 17 puntos para la liberación pacífica del Tíbet”, un instrumento impuesto por la fuerza y que obligó a reconocer la soberanía china sobre ese país.
La validez legal de ese pacto firmado por el Gobierno de la República Popular China (RPC) y XIV Dalai Lama (líder espiritual budista del Tibet), es cuestionada por haber sido firmado bajo coacción, con la presencia de 40.000 soldados chinos en el Tíbet y bajo la amenaza de ocupar la capital del país (Lhasa).
El 10 de marzo de 1959 comenzó la primera gran rebelión del pueblo tibetano que culminó con marchas masivas a Lhasa en rechazo al dominio chino, un levantamiento popular que dejó 87.000 muertos en la ciudad y que también obligó al Dalai Lama a huir del país y exiliarse en India.
comentar