Publicado originalmente en
España, y sin edición local hasta muchos años después,
"La Muerte Joven" llegó a la
Argentina gracias a varios afortunados que se toparon con un ejemplar en algún viaje a las Europas. Y, sin proponérselo, fue un objeto/elemento fundamental para el inicio de la cultura punk de nuestro país. Aquella que arrancó con
Los Testículos, posteriormente devenidos
Los Violadores de la Ley, y que, si bien debilitada (como sucede en todo el mundo), todavía resiste y continúa. A través de fotocopias y ediciones piratas, el libro captó la imaginación, el sentir y las pasiones de cientos de jóvenes argentinos que se sintieron identificados con los todavía hoy máximos referentes del género/movimiento, abordados y entrevistados por el autor.
Sí, en el '77,
Kreimer vio a y habló con los
Sex Pistols, The Clash, The Damned, Richard Hell, Siouxsie, Malcolm McLaren, Vivienne Westwood, Patti Smith y muchísimas otras figuras clave. Y no sólo se quedó con la escena inglesa, la más importante a nivel cultural e impacto. Abordó también a la
Nueva York de los
Ramones, del
CBGB, de la mencionada
Patti,
Blondie,
Television y tantos otros. La de los pioneros
New York Dolls y
The Velvet Underground. Rescató a la Detroit de los
Stooges,
Iggy Pop y
MC5. Habló de los
fanzines, de los periodistas que pasaron de la máquina de escribir a las guitarras, bajos y micrófonos. Se metió en la emergente escena de
Barcelona. Se sumergió en los sonidos, las letras, las imágenes. Se empapó. Estuvo ahí. Por eso caló hondo. Por eso sigue haciéndolo.
Ágil, minucioso, analítico, crítico y por momentos cínico, "La Muerte Joven" aborda lo más hondo que pudo el submundo del punk y sus protagonistas, tanto a los músicos célebres como a los jóvenes anónimos. Los describe, dice de dónde vienen, por qué lo hacen. Los presenta al mundo. Cuenta cómo son los punks, cómo lucen, qué piensan, qué dicen. Qué hay que hacer (o ser) para convertirse en punk. De ahí su atractivo, su fuerza reveladora, para tantos adolescentes y jóvenes foráneos, en tiempos en los que el acceso a la información no estaba a mano. Su poder evangelizador. De ahí su fetichización. Su
"efecto biblia".
Los años pasaron, para Kreimer, para el punk, para todo y para todos, pero el aura del libro se mantuvo. Aquella que mantienen los libros fundacionales, los hitos. Probablemente por eso
Planeta decidió reeditarlo. Y lo hizo con un plus respecto a las reediciones previas que tuvo: un posfacio y un epílogo inéditos y preparados para la ocasión, de casi 100 páginas entre ambos.
En el primero, el autor publica algunas notas de tinte autobiográfico en las que habla de su llegada a Inglaterra tras abandonar el país antes del comienzo de la sangrienta Dictadura Militar del '76, su vida en
Londres antes, durante y después del libro, el proceso de escritura y recopilación de datos y testimonios, sus experiencias en
París y Barcelona, su regreso a
Buenos Aires -post mini experiencia punk junto a
Billy Bond en
San Pablo- al país y el descubrimiento de lo que pasó con su texto acá: su obra, en el buen sentido, ya no le pertenecía. Todo mechado con pensamientos, reflexiones, diálogos, personajes, pareceres y demases, interesantes y valiosos.
Finalmente, en el epílogo, Kreimer deconstruye al punk desde el presente, con una mirada que sólo los años, la edad, la experiencia y el "correrse de la escena" pueden brindar.
En conclusión,
"Punk: La Muerte Joven e Historias Paralelas" (el nombre "aumentado" elegido para esta nueva edición) es una obra clave, tanto para entender el origen y base de su objeto de estudio como, también, para analizar, a posteriori, la relectura y el impacto que tuvo el punk a nivel local. Un libro de culto que perdió su condición de "inconseguible" pero que alcanzó su versión definitiva.