El río de la Plata está asistiendo a una suerte de "temporada corrida" en la que el pejerrey tarda en afianzarse debido a que el agua aún presenta altos índices de temperatura y mucho barro en suspensión. En ese contexto, quienes marcan la diferencia son los buenos guías, quienes al recorrer el estuario permanentemente saben al dedilllo por dónde pasa lo mejor.
En esta oportunidad, sin embargo, teníamos una limitación importante: aprovechando la presencia de nuestro amigo, el actor Tomás Fonzi -que está grabando la tira Esperanza Mía-, hicimos una pesca cercana a las aguas ciudadanas para aprovechar medio día libre entre escena y escena y probar suerte con las flechas de plata.
Apelamos a un guía muy reconocido en zona Norte del Riopla. Julio Alquezar, cuya embarcación The Doctor permite una pesca cómoda y segura.
El guía nos venía contando de los altibajos que tenía la pesca en el arranque de temporada y nos sugirió buenos lugares para ir sobre la zona de los barcos hundidos o recostados sobre costas uruguayas, pero en esta ocasión preferimos quedarnos de este lado del canal Mitre por las circunstancias antedichas.
Tomás armó un equipo de caña más bien corta para lo que se estila en el Riopla, por lo que acortamos la línea para que pudiera tirarla con comodidad, restando una boya.
Alquezar mostró su fanatismo por equipos también cortos, con reeles rotativos. En mi caso, usé caña convencional Spinit Carbon Air y reel Tech frontal con capacidad de 150 mts de multi del 0,18.
El peje de las primeras horas fue de chico a mediano, alternando con bagres blancos grandes y patíes superlativos. Pero a media mañana, mejoró la pesca con pejes de cerca de 40 cm que nos mantuvieron muy entretenidos.
Fonzi se las rebuscó con su equipo poco ortodoxo para obtener lindas piezas, especialmente desde que el guía le ofreció reemplazar la última boya por un palito puntero pescador. Esta bigotera produce un vaivén muy interesante que da vida a las carnadas, aún en condiciones de muy poco viento. Y con este artilugio, nuestra estrella invitada metió lindos ejemplares.
Julio hizo lo propio, poniendo doble mojarrón en cada anzuelo. Y en mi caso, tras lograr dos enormes bagres blancos de más de un kilo y otros patíes de enorme porte, empecé a tener suerte con las flechas de plata.
Como dijimos, la pesca se hizo en apenas una mañana. Y nos quedamos con las ganas de saber qué hubiera pasado de habernos metido río adentro. La respuesta la dio el propio guía, quien al otro día fue hasta el Di Tomaso -un barco hundido- y no tuvo suerte, repitiendo la salida días después y volviendo con tremendos ejemplares. Así de raro está el río.
Los que no cambian son los buenos momentos compartidos entre amigos. Como los que vivimos a bordo de la The Doctor, donde Julio nos agasajó con tortas, café, sandwiches de miga y demás. Estos recuerdos de jornadas memorables compartidas con amigos le dan un plus a cada salida que uno jamás olvida.
Nos gustó volver a contar en la lancha con una primera figura de la televisión como Tomás Fonzi, que no sólo mostró ser una persona sencilla, sino también comprometida con el cuidado de los recursos y preocupado por la contaminación que recibe nuestro querido río de la Plata.