Enclavada en el altiplano peruano existe una provincia que se llama Jauja, que era muy famosa durante la época de la colonia por la fertilidad de su tierra y por los dones de salubridad que le atribuían. En esa época, las personas que padecían enfermedades en el aparato respiratorio no deseaban otra cosa que ser llevado al lugar para descansar y reponerse de sus afecciones.
La fama de esas tierras pronto se conoció en España a través de los emigrantes que se habían enriquecido en el Perú.
Esto hizo que popularmente la gente comenzara a hablar de Jauja como un equivalente del Paraíso.
Por eso las expresiones “vivir en Jauja” y “esto es Jauja”, pasaron a formar parte del vocabulario popular y del lunfardo como sinónimo de vivir bien, darse la gran vida, logrado a través de una situación de riqueza súbita o de simple abundancia ocasional.