Cantidad y calidad es lo que ofrece la pesca del pez limón partiendo desde el puerto de Mardel y navegando una hora y media mar adentro. En trolling y deep jigging, peleas inolvidables con un pez-misil.
Es la mejor temporada de limones de los últimos diez años” posteó esa semana en su Facebook Mariano de la Rúa, reafirmando lo que vivimos en Viva la Pesca días antes: que el pez limón está en masa en cercanías de Mardel y eso hay que aprovecharlo. En nuestro día de pesca, junto a una tripulación de lujo que incluyó la presencia de celebridades como Eugenio Weimbaum (del programa MDQ) y el basquetbolista Rubén Wolkowyski (ex NBA y Selección argentina de basquet), cobramos más de 70 limones en la embarcación, un resultado muy poco frecuente pero ejemplificador de lo bien que se está pescando esta especie.
Después de navegar más de una hora desde el puerto marplatense, iniciamos la acciones de trolling y se sortearon los turnos para atender las cañas. La cosa es así: mientras el pique de turno es atendido por el pescador con el número correspondiente, el resto toma cañas de deep jigging provistas por la empresa Aquafish y baja a fondo cucharas Williamson de hasta 200 gramos, que se trabajan recogiendo a tirones y golpes de caña, motivando ataques de otros limones o de especies de piedra como besugos, salmones y meros. Así, mientras el que saca el pescado que picó a trolling realiza su pelea, el resto va cobrando otras capturas hasta que el capitán pega el grito de juntar líneas y empieza nuevamente la navegación.
En este caso, el trolling se hizo con líneas compuestas de tres pulpitos con anzuelos y un señuelo de profundidad (X-Rap de Rapala) al final de la línea, haciendo trabajar todo el conjunto. En cuanto a los equipos de deep jigging, con cañas Shimano Trevala y reeles de jigging de la misma marca, ya están armados y preparados en los posacañas de la popa, por lo que los pescadores solo deben tomarlo y bajar velozmente las cucharas y esperar suerte.
La pelea de los peces limón es sensacional y las bajadas de caña que hacen al tomar las cucharas de jigging son inolvidables. Este pez es de carne sabrosísima por lo cual su pesca se hace sin devolución y los peces son izados a bichero, ordenándolos luego en el cajón correspondiente a cada pescador para que se lleve su pesca.
En esta ocasión, nuestro guía no eligió el sitio de pesca contando con experiencias recientes sino a partir de una corazonada y de registros de otras temporadas. Y a la postre, acertó un pleno. Porque una vez ubicado el pique en la zona elegida mediante la técnica de trolling, como dijimos, continuábamos la faena en deep jigging. Y pese a lograr resultados que invitaban a seguir con los intentos, el guía ordenaba levantar líneas. La respuesta a esa llamada estaba dentro de la cabina: allí donde el capitán ponía su vista en el ecosonda buscando señales de actividad y persiguiendo a los limones en su ruta, los que luego de perder interceptábamos volviendo a repetir el suceso en una suerte de cacería con encuentros y fugas.
El limón apela a toda su fuerza y la de la corriente para zafar. De hecho, un par que se metieron debajo del barco saliendo para la otra banda, logró cortar multifilamentos de 65 lbs de resistencia con el casco del barco. Así de imparable se vuelve este “pez misil”, moldeado en años de evolución para convertirse en un nadador fuerte y veloz, cuya belleza es solo comparable al tamaño de su lucha al ser pinchado.
Aparecen en esta nota:
Te puede interesar:
las más leídas
