"Es una causa que seguimos de manera permanente. Las mujeres que resultaron victimizadas
no pueden descansar en paz desde que saben que este monstruo logró fugarse. El fiscal de Ituzaingó a cargo de la instrucción, Carlos Oviedo, está trabajando para ubicarlo, y se requiere que se instrumenten las medidas necesarias para su captura", dijo
Alicia Angiono, titular de la organización Madres y Familiares de Víctimas (Mafavi).
Planeamiento al detalleBrawton planeó su escape
al detalle, durante meses, aprovechándose de las evidentes debilidades del sistema. Logró que lo cambien de una cárcel de máxima seguridad a otra de mediana, sedujo a una mujer casada para lograr dinero y apoyo logístico, se respaldó en la enfermedad de su madre para que lo dejen visitarla, "emocionó" a un juez con una carta para que le siga autorizando el permiso y finalmente "durmió" con somníferos a un guardia para escapar.
"Es aberrante que se mantenga esta situación. Estamos en alerta desde el 17 de agosto del año pasado porque
Brawton es un monstruo, que puede volver a atacar en cualquier momento. De hecho, hay una mujer en riesgo a quien manipuló y que está desaparecida. Sabemos que su familia está muy preocupada", dijo la titular de Mafavi Alicia Angiono.
El violador fue condenado en 2009 a cumplir 38 años de prisión por
nueve ataques sexuales (siete consumados y dos en grado de tentativa), y se sabe que logró
seducir a una mujer casada para que, a escondidas de su marido, presuntamente venda una propiedad, le robe el documento de identidad y lo ayude en el escape, que se concretó un día sábado.
La historia de la amante es apenas una parte del plan maestro ideado por Brawton. Es que también fue clave su
"excelente comportamiento" en las dos unidades penitenciarias en las que estuvo. En la primera, la Unidad 30 de General Alvear, de máxima seguridad, hizo tan bien las cosas que cuando pidió el traslado a una cárcel de mediana seguridad (la 39, de Ituzaingó), nadie en la Justicia opuso resistencia.
Adormeció a custodio con empanadasLas autoridades de la cárcel de Ituzaingó intentaron
resistir el traslado del violador serial Walter Brawton, alertando sobre la inconveniencia de tener alojado allí a una persona condenada por delitos tan graves. Igualmente, venció el "expediente intachable" del contador. Ese fue, en agosto de 2011, el primer gran paso hacia la anticipada libertad.
Luego, ya instalado en la cárcel de la zona Oeste del Conurbano, el
depredador sexual (a sus víctimas las elegía jóvenes, incluso menores) tejió relaciones con personal penitenciario y población carcelaria. Se convirtió en uno de los más respetados internos. En ese marco, comenzó a insistir para que le permitan visitar a su
madre enferma, domiciliada en Mariano Acosta.
"Comenzó diciendo que la mujer, de 70 años, era hipertensa. Hay una carta de agradecimiento muy emotiva, enviada al magistrado Humberto González, por permitirle las salidas de visita a su madre. Le cuenta del abrazo largo que se dieron, de la alegría de la mujer, de lo importante que era para él ese beneficio. Verdaderamente para llorar. El detalle que no tuvieron en cuenta es que estaba escrita de puño y letra por un sanguinario violador", dijo
Angiono.
Esa confianza que le tenían a Brawton permitió que el sábado 17 de agosto, cuando fue a visitar a su mamá, sólo se quedara con él de custodia un efectivo del Servicio Penitenciario, el mismo que
aceptó unas empanadas y gaseosa, tras lo cual se quedó profundamente dormido. "Lo último que recuerdo es la imagen difusa de Brawton con su pareja alejándose", dijo el efectivo ante el fiscal Carlos Oviedo, de la Fiscalía Descentralizada de Ituzaingó, que intenta seguir los pasos del abusador.