Jey Mammón intenta instalar como tema de debate la posible "relación amorosa" entre la víctima de un abuso y su victimario, según el abogado Daniel Mercado, especialista en casos de abuso infantil.

Mammón es una palabra aramea que significa 'dios de la avaricia', su etimología es un demonio al cual denominan como mammón, representando uno de los pecados capitales: la avaricia (deseo, o afán desordenado de poseer y adquirir algo para sí).

Llevados al tema que ocuparon los principales medios y las redes sociales durante estas últimas dos semanas, tenemos al “mammón” (Jey Mammón, nombre artístico del señor Juan Martín Rago) que frente a una estrepitosa condena social, dio una entrevista televisiva durante la que intentó cubrirse con una coraza argumental.

A lo largo de la entrevista realizada por la señal C5N, el artista (sobreseído por prescripción en una causa por "abuso sexual") trató de instalar como foco del debate público la posibilidad de la existencia de una relación amorosa entre víctima y victimario, y así generar un control de daños totalmente inadmisible. (Aclaración del autor: el intento del entrevistado fue neutralizado con preguntas y repreguntas por el periodista Jorge Rial)

Los daños ya se produjeron. A la víctima, al momento del abuso. Al victimario, al momento de hacerse pública la situación.

Intencionalmente, el sobreseído por la Justicia pero condenado por la sociedad, trató de mezclar y confundir la realidad tratando de instalar la existencia de una supuesta relación amorosa entre un adolescente muy vulnerable y un adulto (hoy famoso). Pero eso dista mucho de lo que realmente sucedió.

Tras la apariencia externa y visible de un vínculo de noviazgo, se pretendió esconder una serie de acciones reprochables materializadas encuentros sexuales entre un menor y un adulto, que se habrían iniciado en una fiesta, donde la sola presencia de un menor de 14 años (o de 16, como dice Jey Mammón) es injustificable.

Los mensajes y apariciones públicas son solo falsas “corazas” para tratar de desdibujar u ocultar el verdadero trasfondo de la situación.

Lo que realmente importa es el fondo del asunto, donde el codicioso adulto no puede justificar de ninguna manera el haberse aprovechado de una persona que no pudo haber consentido la situación, ya que con solo repasar la historia de la víctima, se advierte claramente que no estaba en condiciones de dar su consentimiento con discernimiento, intención y libertad -como marca la ley-, por varios motivos.

Su edad lo condicionaba para que la aceptación sea válida, pero además a ese hecho se le suma la situación sumamente vulnerable que vivía en ese momento. Sin familia donde apoyarse, y después de haber padecido situaciones gravemente ultrajantes, el menor nunca pudo defenderse ante situaciones y circunstancias que ampliamente lo superaban.

El hecho inicial fue considerado prescripto para la óptica penal, y deja a salvo de una condena privativa de libertad al “dios mammón”.

Pese al vano intento de protegerse con una coraza argumental y mediática, la sociedad ya condenó irremediablemente al victimario. Las consecuencias de sus acciones lo acompañarán para siempre.

La víctima logró que anteriores abusadores reciban el castigo penal por el terrible daño que le infringieron. Ahora, pudo lograr la condena de la sociedad contra otro de sus abusadores. Un luchador admirable que espera y merece Justicia para poder sanar.

Daniel Mercado es abogado, y entre otros cargos y funciones en la Justicia, fue Fiscal Federal en lo Penal. Además, es autor de los libros "Sustracción y restitución internacional de menores" (publicado) y "Abuso Sexual Infantil " de próximo lanzamiento.

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