Francisco ya estuvo en el santuario de esta virgen negra y patrona de Brasil para la V Conferencia Episcopal Latinoamericana y del Caribe (Celam) en 2007. En ese entonces aún arzobispo de Buenos Aires, el cardenal argentino
Jorge Bergoglio presidió la comisión que redactó el documento final, de fuerte contenido social y político que enfatiza "la opción por los pobres" en esta región donde viven más del 40% de los católicos del mundo.
Durante la ceremonia, el Sumo Pontífice
advirtió sobre los "ídolos pasajeros" como el dinero y el placer"
Hoy en día, todos un poco, y también nuestros jóvenes, sienten la sugestión de tantos ídolos que se ponen en el lugar de Dios y parecen dar esperanza: el dinero, el éxito, el poder, el placer", dijo el argentino, de 76 años, ante más de
200.000 fieles.
"Con frecuencia se abre camino en el corazón de muchos una sensación de soledad y vacío,
y lleva a la búsqueda de compensaciones, de estos ídolos pasajeros", añadió.
La Iglesia católica enfrenta una sangría de fieles en Latinoamérica, mientras asiste al fuerte crecimiento de los evangélicos, que proponen una "
iglesia del bienestar" y prometen la obtención de riqueza y de éxito, así como de las personas sin religión.
Francisco, el primer papa latinoamericano de la historia, defensor de una Iglesia cercana a los pobres, llamó asimismo a transmitir a los jóvenes los valores que los hagan
"artífices de una nación y de un mundo más justo, solidario y fraterno".
También pidió a los católicos
"ser alegres, nunca tristes". "El cristiano no puede ser pesimista.
No tiene el aspecto de quien parece estar de luto perpetuo", afirmó.
Miles de personas pasaron la noche en las calles de Aparecida,
haciendo fila pese al frío (7C) y la lluvia para ingresar al santuario de esta virgen negra y patrona de Brasil.
"
Queremos oír un mensaje de esperanza. Eso es lo que necesitamos. Queremos que el papa nos diga que existe esperanza de tener un mundo mejor para todos y queremos también que el ejemplo de Francisco renueve a la Iglesia, que lo necesita mucho", dijo a la agencia de noticias
AFP la brasileña
Gislaine Wertz de Almeida, de 39 años, que llegó a Aparecida desde el estado de
Minas Gerais (sudeste).
Aparecida ya había sido visitada por
Juan Pablo II (1980) y Benedicto XVI (2007). Unos
5.000 militares y policías estaban a cargo de la seguridad. El domingo fue hallada una pequeña bomba de fabricación casera en uno de los baños del santuario, que fue detonada, informó el ejército.