Así, Macri, líder de la centroderecha argentina, se refirió al rol de Juan Pablo II en la caída del sistema comunista en Polonia.
Si bien en Argentina existe un claro sistema democrático con una economía capitalista, el gobierno nacional encabezado por
Cristina Fernández de Kirchner, elegida por la voluntad popular del 54% de los votos en 2011, se enmarca en los gobiernos progresistas que aspiran a una revalorización de Latinoamérica junto a Venezuela, Brasil, Ecuador y Uruguay.
En declaraciones radiales y televisivas, Macri consideró que el nombramiento de Bergoglio es un signo de
"la Argentina que viene" y convocó a que haya menos "divisiones" en el país.
Para el mandatario porteño, la tarea de Bergoglio como Arzobispo de la Ciudad "fue muy interesado en todo lo que refiere a lo social, en temas de educación, pobreza y villas". A pesar de que habitantes de la villa 31, entre otras, han protestado en reiteradas oportunidades por la ausencia de políticas públicas orientadas a los pobres por parte del gobierno porteño.
"Siempre fue muy discreto y desapegado de lo propio", agregó Macri, quien evaluó: "Estuvo siempre muy preocupado por la agenda social de la ciudad de Buenos Aires".
"Por eso esta 'revolución' que ves en la Ciudad de bocinazos y gente feliz", expresó Macri por los festejos que se registraron en distintos puntos de Buenos Aires
Al referirse al nombramiento de Bergoglio, consideró que en la Argentina puede pasar "como les pasó a los polacos con Wojtyla", y evaluó "para nuestro país esto empieza a marcar un futuro promisorio para todos los argentinos".