Patricios - Pompeya
El predio supo albergar las ilusiones de miles de extranjeros que pasaron por el lugar, que se adquirió con donaciones del Jockey Club y que muchos, a pesar del tiempo, no conocen su verdadero origen e historia.
Parque Patricios es mucho más que un barrio. Así lo definen sus vecinos que se sienten identificados a fuego con sus calles. Pero esa definición también puede ponerse para definir la realidad catastral de Patricios ya que dentro de sus cuadras contiene otro barrio. La Colonia, así se llama, es un micro barrio dentro de Parque Patricios que está metido como cuña entre el hospital, la avenida Almafuerte y la calle Cachi.
Este pequeño barrio dentro del gigante se remonta a principios del siglo pasado cuando la Municipalidad de Buenos Aires adquirió, con donaciones del Jockey Club porteño, un imponente terreno que tenía algo más de una hectárea de superficie y estaba ubicado cerca de la plaza de Parque de los Patricios. En aquellos años el lugar distaba mucho de lo pintoresco en lo que se convirtió ya que era la zona elegida en la que después se fueron a vivir varios obreros, era un lugar marginal en Buenos Aires, donde anteriormente se faenaban animales, y no muy lejos existía la quema de las basuras.
La Municipalidad se encargó de hacer la limpieza del barrio que demandó unos cinco años y ya para el 1914 se dio la inauguración de las viviendas que en un primer momento fueron algo más de cien y lo que se hizo para adjudicarlas fue un sorteo entre los obreros que tenían decidido ir a vivir al barrio. Los obreros que terminaron siendo los elegidos, formaban parte de la gran cantidad de inmigrantes que por aquellos años llegaban desde Europa para tratar de conseguir un mejor porvenir en el país.
Eran en su mayoría inmigrantes europeos: italianos y españoles mayoritariamente, y por eso con el paso del tiempo se impuso popularmente el mote de “La Colonia” con el cual actualmente se sigue conociendo al barrio. Los fondos que dieron comienzo a la construcción y la limpieza del barrio, fueron obtenidos gracias a lo que fue la Ley Yrigoyen (4824/05) que se promulgó con el objetivo de fomentar las viviendas para los obreros y que cada uno pudiera tener su primera casa.
En Patricios aquellos años estaba constituida la Sociedad San Vicente de Paul que la formaban muchas mujeres del barrio y que fueron las encargadas de la administración y el cobro del alquiler de las viviendas hasta el año 1954, cuando fueron definitivamente vendidas a sus ocupantes mediante créditos hipotecarios blandos a un plazo de 30 años. Hoy el barrio aún tiene algunas casas más o menos conservadas como eran en 1910, en los primeros años del barrio, y otras fueron arregladas pero siempre tratando de conservar el diseño original.
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