Cada perro tiene una habilidad que lo caracteriza: algunos le llevan el juguete a sus dueños; otros dan la pata para saludar; y otros tantos se pasean solos. Pero en este caso particular, un can tiene la habilidad de hacerse el muerto con la gente que no quiere.
El animal está plácidamente tranquilo en el regazo de sus dueños, pero cuando un desconocido no le cae bien, no duda en ponerse rígido y no realizar ningún movimiento.
Y cuando vuelve a los brazos de su amo, comienza a moverse y muestra que está más vivo que nunca.
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