El dato fue dado a conocer por fuentes judiciales a Diario Popular, respecto a la cantidad de casos en los que el victimario termina herido o perdiendo su vida.

Los hechos de violencia delictiva se repiten y también las situaciones con personas que, por distintas razones, resisten los asaltos. Así, trascendió que las víctimas de robos hieren y matan a once ladrones por día en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).

El dato fue dado a conocer por fuentes judiciales del AMBA a Diario Popular, respecto a la gran cantidad de casos donde el victimario termina herido o perdiendo su vida a manos de la o las víctimas.

Asimismo, según precisó el Licenciado en Seguridad Publica, Luis Vicat, son cada vez más frecuentes los linchamientos debido al displacer que produce en la sociedad la inseguridad. "Se ve un cierto crecimiento en paralelo de la violencia del victimario y de la víctima en el momento en que puede acceder al primero, esto puede suceder por diversas razones: porque se resistió, porque fue ayudada por un tercero", comenzó Vicat.

Además, precisó que "muchas veces la intervención de un tercero hace que se produzcan los linchamientos, los cuales en algunos casos han tenido secuelas graves y en otros desembocaron en el homicidio del victimario" e insistió en que "se da una situación paradojal, las víctimas pasan a ser victimarios. Se transforman en lo mismo a lo que están agrediendo". Y, en diálogo con este medio, planteó que los linchamientos "son más usuales porque la sociedad está hastiada de la violencia y esa frustración se canaliza en agresión". "Entonces los frenos inhibitorios que antes funcionaban mucho mejor, es decir que la víctima por temor se sometía al victimario, hoy tiene una reacción de rebeldía", agregó. No obstante, el especialista advirtió que "a veces la resistencia es peligrosa, en el 90% termina con lesiones o la muerte de la víctima".

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En tanto, deslizó que este tipo de situaciones pueden producirse por la falta de regulaciones más estrictas para terminar con la inseguridad. "Un ejemplo es de la ‘la puerta giratoria’, es decir, la víctima sabe que va a estar más tiempo encerrada en una comisaría que el tiempo que va a estar el victimario, que sale en libertad y procede a vengarse. Este tipo de situaciones injustas, muchas veces ilógicas y producto de ciertas corrientes garantistas en la Justicia, hacen que haya una sensación de displacer generalizado que es la mecha que enciende la reacción violenta", destacó Vicat.

"La reacción violenta de uno o dos es lo más contagioso que existe, es decir, si uno acude en ayuda, toda la manada reacciona inmediatamente. Esto se puede entender como un acto de solidaridad, que en principio es bueno, pero pasa a ser malo cuando se cruza la línea entre reducir o aniquilar al victimario", añadió.

Por tanto, remarcó que "cuando la noticia es que un delincuente murió en un episodio de linchamiento, en general la mayoría de las reacciones son de alivio por parte de la sociedad; sienten un cierto placer en el hecho de decir ‘se hizo justicia’" y concluyó señalando que "esto nos lleva lentamente a la justicia por mano propia, entonces los estamentos legales van quedando de lado porque los hechos en si producen este tipo de encontronazos".

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