Fue una semana agitada. La aparición del taxista Leonardo González, quien relató un crudo testimonio sobre los pasos del portero horas después del crimen, quedó definitivamente desacreditada por la inverosimilitud de algunos detalles. Todo indica que podría correr la misma suerte que la vecina que dijo haber escuchado discusiones en la casa la víctima, y que será imputada por falso testimonio.
En las últimas horas, dos nombres quedaron bajo la lupa del juez. En primer lugar, Cecilio Saettone, ya conocido como "el primo de Mangeri", aunque en realidad tiene ese parentesco con la esposa del portero, Diana Saettone.
El hombre, que trabaja como policía, se presentó espontáneamente ante la Justicia, actitud que argumentó tras ofrecer un curioso detalle: estuvo reunido con el acusado el viernes 14, cuatro días después del asesinato.
"Me vino a ver a mi trabajo, no le puedo decir que me dijo hasta que no me cite la Justicia. Vino a hablar conmigo", fueron sus primeras declaraciones a la prensa, en la tarde del jueves. Agregó que Mangeri le mandó un mensaje en la madrugada del sábado. Horas después, el portero se autoincriminaba ante la fiscal Paula Asaro.
Cecilio aseguró que confía en la inocencia de Mangeri y agregó que sería "incapaz" de cometer una aberración como la que se le imputa. "Me contó algo", fueron sus últimas palabras antes de encerrarse en su casa de General Pacheco.
La otra pieza en el rompecabezas es Dominga, la mucama que trabaja en la casa de Ángeles. En las últimas horas comenzaron a circular versiones que la devolvieron a la escena, luego de que ella aportara un dato clave cuando dijo que la adolescente nunca entró al departamento horas antes de ser asesinada, luego de que las cámaras confirmaran que sí ingresó al edificio. Ese detalle puso contra las cuerdas a Mangeri.
Miguel Ángel Pierri, abogado defensor del portero, deslizó en declaraciones a C5N: "Tenemos que volver a escuchar a la mucama. Creo que no dice toda la verdad. Hay gente que dice que por su tarjeta Sube, a cierta hora estaba en su domicilio de González Catán y no en Ravignani. El testimonio de la mucama da sustento, coartada y aval a algún presente o ausente que había en la causa, pero no avancemos porque podemos perturbar la investigación. Hay muchas preguntas para hacerle".
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