Atropelló y mató a beba y podrían darle perpetua

Un juez imputó el delito de “homicidio criminis causa”, que prevé prisión perpetua, a un joven acusado de provocar la muerte de una beba cuando escapaba de un robo y chocó contra el remís en el que la pequeña viajaba con sus padres, en un hecho ocurrido en la localidad de Wilde. Según informó el abogado Claudio Mazaira, es la primera vez que se utiliza este grave delito al dictar la prisión preventiva en el marco de un fallecimiento en un accidente automovilístico. En general, se aplica la figura de “homicidio culposo” -sin intención-, con un máximo de cinco años de prisión, y en pocas ocasiones la de “homicidio con dolo eventual” -el imputado debió representarse que podía provocar la muerte-, con hasta 25 años de cárcel. La decisión fue adoptada por el titular del Juzgado de Garantías Nº 2 de Lomas de Zamora, Javier Mafucci, contra Hugo Orlando Acosta, de 28 años y único detenido por el caso, quien quedó acusado por “robo calificado en dos oportunidades en concurso con homicidio criminis causa”, es decir matar para ocultar otro delito y lograr la impunidad. “Es la primera vez que alguien queda imputado de homicidio criminis causa en lo que siempre se considera un accidente de tránsito. Esto es darle otra entidad a robar y huir de la Policía”, afirmó Mazaira. Por el caso, hay otros dos imputados, una mujer y un adolescente, quienes fueron detenidos, pero actualmente se encuentran en libertad, pese a que hay pruebas de que iban en la camioneta. “Por eso ahora vamos a intentar probar que ellos instigaron a que Acosta fuera a mayor velocidad para escapar del robo y se los acuse de ser partícipes necesarios del hecho, que también tiene una pena de prisión perpetua”, explicó el letrado.
Cambio de carátula
Además recordó que Acosta, que conducía la camioneta y fue identificado por testigos, había sido imputado en principio de “homicidio culposo”, pero luego el fiscal Roberto Russo y el abogado Mazaira reclamaron el cambio de carátula. Por su parte, la defensa del detenido había solicitado la libertad de su asistido por “falta de mérito”, pero el juez Mafucci la rechazó. El hecho en el que murió la beba Mía Belén, de dos meses, ocurrió el 13 de junio de este año, en horas de la noche, cuando un patrullero de la comisaría de Wilde perseguía a una camioneta 4X4 Toyota Hilux que había sido robada, momentos antes, a una familia en la zona de Banfield. En la esquina de las calles Paysandú y Crisólogo Larralde de Wilde, la camioneta chocó a un remís Renault Mégane, en el que viajaban Gabriel Gordillo, su esposa René Baibiene, la beba, y el chofer Rodolfo Real. El impacto hizo que el auto se subiera a la vereda y se incrustara contra un comercio que tenía una reja en su frente. Como consecuencia de las dos colisiones, la madre y su hija que iba en sus brazos pasaron del asiento trasero a la parte delantera del habitáculo. La beba, que al día siguiente cumplía dos meses, quedó herida de gravedad con fractura de cráneo y finalmente murió, pese a que fue derivada para su atención al Hospital de Niños “Sor María Ludovica” de la ciudad de La Plata. Gordillo fue el único ocupante del remís que salió prácticamente ileso, ya que la madre de la beba y el conductor quedaron atrapados entre los hierros y tuvieron que ser rescatados por los bomberos. Mazaira dijo que la mujer tuvo múltiples fracturas de las cuales aún se está recuperando y que con la decisión del juez, “ahora siente que tiene un poco más de justicia”. Los delincuentes abandonaron la camioneta robada y escaparon a pie, ya que los dos policías del móvil priorizaron la asistencia a las personas heridas que acababan de accidentarse. Las posteriores investigaciones permitieron detener a tres sujetos, en el marco de varios allanamientos concretados en viviendas de la localidad de Monte Chingolo.