La investigación por el asesinato del niño Facundo Ferreira, atribuido a un caso de gatillo fácil que derribó la versión oficial de un enfrentamiento durante una persecución ocurrida el último 8 de marzo en la ciudad de San Miguel de Tucumán, podría tener un nuevo giro, ya que ahora no se descarta que el arma hallada al lado del cuerpo de la víctima pudo haber sido “plantada” por los policías, que están sospechados por el homicidio. Esta novedad en la causa, que está a cargo de la fiscal Adriana Giannoni, se suma a los resultados de otra pericia clave, que determinó que el chico, de 12 años, no efectuó ningún disparo, tras una primera prueba que había dado positiva. Al ser revisado, con un método más exhaustivo, el dermotest sobre las manos dio negativo, tal como había sostenido la abogada de la familia Ferreira desde el principio de la investigación, cuestionada por una serie de irregularidades.
A partir de estos elementos, surgidos a partir de los análisis periciales, los efectivos Mauro Díaz Cáceres y Nicolás González Montes de Oca será citados, finalmente, a prestar declaración durante la semana próxima y si bien, luego de sus testimonios comenzaría a definirse la situación procesal de ambos, hay ciertas cuestiones que los complicarían. En tal sentido, cabe recordar que los exámenes toxicológicos a los que fueron sometidos los policías que participaron de ese procedimiento, registrado en la madrugada del pasado 8 de marzo en las afueras de la capital tucumana, indicaron que los dos imputados habían consumido drogas.
En declaraciones al portal del diario La Gaceta de Tucumán, la fiscal Giannoni sostuvo que “este fue un caso complejo por las carencias que tuve y tiene cualquier fiscal para poder investigar. No solo se trata de recursos tecnológicos, sino también de no tener los equipos del Poder Judicial en la calle. Y se produjo en una causa tan sensible como esta”. “En primer lugar, la Fiscalía se enteró una hora y media después de ocurrido el hecho. En segundo lugar, no se preservó la escena correctamente. Hay cuestiones que no pueden dejarse pasar por alto. La preservación y el manejo de las pruebas recolectadas en la escena son fundamentales para garantizar una buena investigación”, afirmó, al mismo tiempo que sostuvo que “también investigamos que le hayan plantado el arma y otras posibilidades más”.
Al ser consultado sobre la demorada en llamar a indagatoria a los oficiales Díaz Cáceres y González Montes de Oca, quienes siguen en funciones pese a las sospechas en su contra, respondió que “estamos armando una especie de rompecabezas con todos los resultados de los estudios que se vienen haciendo por esta causa. Una vez que tengamos todos, los resultados y las pruebas objetivas, se definirá la situación procesal de los policías involucrados en el caso”. A pesar de lo actuado en el inicio, donde se refirió a un tiroteo durante una persecución policial por un supuesto robo, los testimonios y algunas pericias han avalado la denuncia inicial de la familia de Facundo Ferreira, en relación a que se trató de un hecho de gatillo fácil, con una posterior trama de encubrimiento.