"Nos tiraron en la puerta un pedazo de camisa, como la que tenía mi papá al momento de ser asesinado y que según los investigadores está a resguardo en La Plata para ser sometida a pericias. Si esto no se trata de un mensaje mafioso para que nos callemos la boca, para no seguir reclamando que todo se aclare, que los responsables de la investigación nos digan como puede pasar esto".
Los hijos de Ramón Agapito Aguiar, el cuidador de un criadero de cerdos del pueblo bonaerense de Vicente Casares quien falleció en ese campo el pasado 8 de julio en medio de las sospechas de su familia que generó un expediente por "muerte dudosa", denunciaron este confuso episodio y apuntaron contra cierta complicidad judicial-policial para que no se haya avanzado en el esclarecimiento de lo sucedido con su padre, a pesar de las "pruebas que hemos presentado" ante la fiscal Norma Pippo, titular de la Unidad Funcional de Instrucción Nro. 2 Descentralizada de Cañuelas.
El hombre, un jubilado de 73 años, trabajaba como sereno en un campo, ubicado en el kilómetro 50 de la ruta 205, cuyos dueños eran conocidos suyos y vecinos en la localidad de Máximo Paz. A pesar de ellos tenía contacto con sus tres hijos (Julio, María y Valeria), quienes fueron informados del deceso, tras varias horas de producido y de acuerdo a lo indicado por un paro cardíaco, tal como quedó establecido en el certificado de defunción. No obstante, al ver el cuerpo surgieron las sospechas sobre que algo irregular habría ocurrido y al notar marcas de golpes, más prendas de vestir manchadas con sangre, pidieron una segunda autopsia, entre otras medidas, que continúan demoradas, a pesar de haber transcurrido casi tres meses.
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"La fiscal Pippo nos aseguró que la ropa que tenía puesta mi padre fue enviada a La Plata para hacerle pericias y un pedazo de esa camisa apareció tirada, en una noche de la semana pasada, frente a mi casa. Lo tomamos como un mensaje mafioso, una verdadera amenaza y una señal para que no sigamos adelante con nuestro reclamo. Y cuando fuimos a pedir que esto se investigue nos negaron que sea la misma prenda, que no podía ser, pero la evidencia es clara. Acá hay gente que quiere encubrir todo, están metidos los dueños del campo, el joven que trabajaba con él, la Policía, los de la cochería. Todo es muy raro", comentó Valeria Aguiar, hija del septuagenario fallecido, en diálogo con DIARIO POPULAR.
Mientras aguardan "respuestas concretas, que nos demuestren que no fue un crimen, como nos aseguran", la familia Aguiar adelantó que "ahora nos dijeron que para el 15 de octubre tienen que estar los resultados de las pericias y mientras tanto pasó esto con la camisa, si nos quieren asustar, no lo van a lograr", al mismo tiempo que anticiparon que "estamos organizando una marcha ante el Destacamento de Máximo Paz, ya que los jefes policiales de esa seccional tuvieron que ver con todas las maniobras que se hicieron para tapar todo, para llevarse rápido el cadáver e intentar hacer pasar la muerte por un paro cardíaco".
La hipótesis que lleva a la sospecha de un asesinato se sostiene en que Ramón Aguiar había cobrado, días atrás, su haber jubilatorio. "Lo mataron para robarle esa plata y el otro muchacho que estaba en el campo en ese momento dio una versión de lo sucedido, que los dueños del criadero de cerdos avalaron y quisieron hacer todo enseguida, con la autorización de la Policía y hasta los de una cochería que mandaron una ambulancia para llevarse el cuerpo para hacerle la autopsia, sacar el certificado de defunción y que nosotros no digamos nada", dijo uno de las hijas del jubilado.