Miguel Angel Morales, el hombre que mató a sus hijos de 5 y 7 años a balazos en la cabeza y luego intentó suicidarse en el barrio porteño de Villa Urquiza, continúa internado en coma farmacológico en una sala de terapia intensiva. El hombre fue operado el último sábado por los médicos del hospital Fernández adonde había sido derivado desde el Hospital Tornú, y aún continúa alojado en la Unidad de Terapia Intensiva del nosocomio de Palermo.
En un principio los médicos constataron que el filicida, que el último viernes en un brote de locura había baleado a sus hijos dentro de su auto, se había disparado en la boca y el proyectil había salido por la parte posterior del parietal izquierdo sin pérdida de masa encefálica. Sin embargo, Morales sufría una importante inflamación intercraneal que requería una operación descompresiva, por lo que lo estabilizaron y lo derivaron al Fernández en Palermo.
En este centro asistencial Morales fue sometido a una intervención quirúrgica y luego quedó internado en cuidados intensivos en estado delicado y en coma inducido. Los médicos siguen su evolución pero advirtieron que su estado es crítico.
En el barrio porteño de Villa Urquiza, mientras tanto, no salen de su estupor por el horror vivido desde la noche del último viernes
En tanto, un amigo y socio de Morales, en una empresa que ofrecía trabajos de plomería, reveló en las últimas horas que no observó 'indicios de nada' y que no encontraba 'explicación para que haya hecho esto con sus hijos' ya que definió a Morales como una persona "que no era violenta".
En este sentido, Carlos, en declaraciones televisivas, declaró que su amigo sentía 'desesperación por sus hijos', y que creía posible que estuviera deprimido por la falta de trabajo y problemas con su mujer.