Acerca del tema, el abogado Javier Miglino, de la organización no gubernamental Defendamos Buenos Aires, denunció que "la prostitución en general y la
prostitución VIP en particular constituyen una lamentable realidad social que viene creciendo vertiginosamente a un ritmo del 20 por ciento anual".
"Detrás de cada papelito que dice 'privado', 'VIP', 'señoritas', etc. que aparece pegado en un cartel, un cesto de residuos o una parada de colectivos,
hay una triste historia de explotación y de trata de personas", dijo Miglino.
Asimismo, el letrado expresó que "permanentemente llegan al portal de Defendamos Buenos Aires correos que nos advierten sobre que en tal y tal calle surgió un nuevo 'privado' que se agrega a los existentes, con lo que a los poco
más de 1.000 que según fuentes judiciales hay en la Ciudad de Buenos Aires debemos agregar al menos
800 más diseminados entre San Isidro, Vicente López, San Martín, Villa Ballester, Tres de Febrero, San Justo, Ramos Mejía, Laferrere, González Catán, Quilmes, Lanús, Banfield, Lomas de Zamora, Temperley, Adrogué y Avellaneda".
Una de las denuncias, mediante correo electrónico, hace foco en el denominado negocio de la prostitución VIP y sostiene lo siguiente: "Podría decirse que
trabajo en un territorio 'apache' de la Recoleta consagrado al erotismo cuyos estandartes son las chicas del caño y las chicas del salón que circulan lanzadas de cacería. Las presas son extranjeros maduros y argentinos furtivos (también maduros), llegan para hacer amigas pagas, duraderas y bellas como pocas".
Miglino expresó, sobre la problemática, que "obviamente las llamadas prostitución y la prostitución VIP no son salidas laborales ni medios de vida aceptables en una sociedad moderna y respetuosa de los derechos humanos, por eso me parece preocupante el crecimiento continuo de los lugares que bautizados como 'privado' y otros donde lisa y llanamente se ejerce la prostitución y
se explota a los seres humanos".
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