Un ex oficial de la Bonaerense que había llegado a juicio por el crimen del futbolista Jorge García Barrera, en 2005, fue condenado a cinco años de cárcel pero por el encubrimiento de ese homicidio.
Un ex oficial de la Policía bonaerense fue condenado a sólo cinco años de prisión, al ser hallado culpable del delito de “encubrimiento agravado”, en el hecho en el que fue asesinado el futbolista del Club San Miguel, Jorge Leandro García Barrera, ocurrido en junio de 2005 en la localidad de Pablo Nogués. También en el fallo se rechazó la acusación de coautoría en el homicidio, tal como había solicitado la fiscalía y la querella, además, se dispuso que siga en libertad hasta que la sentencia quede firme.
El Tribunal Oral Criminal N° 7 de San Martín (integrado por los jueces Gustavo Varvello, Eduardo Fratto y Germán Saint Marín) dictó la pena contra Cristian Javier Soria, quien fuera exonerado de la fuerza a raíz del caso, a pesar que, en los alegatos la fiscal Ana María Arnetta, al igual que el abogado Daniel Mauro (en representación de la familia García Barrera), pidieron que lo condenara a 18 años de prisión por su condición de partícipe necesario en el crimen y en forma subsidiario, a 6 años de cárcel sí se le atribuía el mero rol de encubridor del autor material de los balazos, quien nunca fue identificado por los investigadores.
El fallo “unánime” fue leído por un secretario del Tribunal, sin la presencia del imputado y ante la indignación de los padres, familiares y amigos de la víctima, al enterarse que “pese a la condena seguirá en libertad”. El letrado Daniel Mauro anticipó que “en los próximos días vamos a apelar” y destacó que “los jueces coincidieron con la acusación en situar a Soria a bordo del auto cuyo conductor fue quien disparó contra Jorge (García Barrera). Sin embargo, consideró que su rol fue de “encubridor” y no de “coautor” del homicida que no pudo ser identificado por la Justicia”.
Cabe consignar que durante las audiencias de testimoniales, el ex efectivo de la División Custodia de la Policía bonaerense (quien llegó al juicio en libertad), negó los cargos en su contra y sostuvo que él no estaba en el lugar del hecho, pues al momento del crimen se encontraba en un bar-pool de la zona. No obstante, Cecilia, la novia de la víctima y que fue testigo presencial del asesinato, lo identificó como el sujeto que iba en el asiento del acompañante del Chevrolet Corsa, del que partieron los dos disparos mortales.
El fatal episodio se registró el 26 de junio de 2005, alrededor de las 2.30 de la madrugada, en la calle Francisco Seguí y Ruta 197, a metros de la estación de trenes de Pablo Nogués, donde Jorge García Barrera, de 21 años, esperaba un remise para su novia Cecilia, en momentos en que se produjo un incidente nunca esclarecido, que derivó en su muerte, al recibir dos tiros en el pecho.
Si bien el móvil del crimen no pudo ser acreditado, algunos testigos declararon que todo se desencadenó cuando un Chevrolet Corsa paró delante de la pareja, se produjo un intercambio de palabras y la posterior agresión armada. De acuerdo a la investigación, en ese auto se desplazaban el ex oficial Soria y otro sujeto, nunca identificado y sindicado como autor de los disparos. El vehículo era propiedad del agente Pablo Rodachoski, quien fue detenido por el causo, aunque resultó sobreseído ante la falta de pruebas en su contra.
Según la imputación de la fiscalía, el auto pasó frente a la víctima y su pareja, volvió minutos después y, sin mediar palabra, uno de los ocupantes disparó contra el futbolista. La chica declaró, en el debate oral y público, que pudo ver a Soria sentado como acompañante ya que la ventanilla de ese lado estaba baja y también como el conductor -al que no pudo observar bien- extendió su brazo por delante del rostro del entonces policía y disparó por la ventanilla baja.
Uno de esos balazos atravesó el tórax del joven que cayó al suelo gravemente herido, al tiempo que los agresores huyeron a toda velocidad. En tanto, la novia de la víctima resultó ilesa y alertó de lo sucedido a la policía que al llegar a la escena del crimen halló al joven malherido y lo trasladó al hospital Ramón Carrillo de Los Polvorines, donde murió tras ser intervenido quirúrgicamente.
Luego del hecho, un hombre que estaba en una parada de colectivos ubicada a metros de la escena del crimen declaró que vio a Soria por la ventanilla del acompañante mirando hacia atrás y riéndose mientras el auto abandonaba el lugar. Ante los elementos reunidos, el ahora condenado estuvo detenido a disposición del fiscal de Instrucción de San Martín, Raúl Sorraco, pero después resultó beneficiado con la excarcelación.
El fallo fue leído sin la presencia del imputado y ante la indignación de los padres de la víctima al enterarse que “pese a la condena seguirá en libertad”.

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