Antes de llegar a Constitución le sacaron la billetera de su bolso, y recién se enteró del robo horas después y ya en su casa. El caso es apenas un ejemplo de los más de
2.000 hechos similares registrados cada día dentro de los colectivos en Capital Federal y Conurbano, con bandas de pungas que son incontrolables.
Tiempo atrás,
Diario Popular publicó un impactante informe sobre
los pungas del subte, a los que meses después se sumaron
las "pungas toquetonas" y los cerca de
300 chilenos que operan en las diferentes líneas. Oportunamente, los usuarios encontraron la forma de defenderse:
silbatos y escrache, las prácticas más eficaces de
los "cazapungas".
Los episodios con
pungas operando arriba de los colectivos metropolitanos
vienen en pleno aumento desde comienzos de año, cuando los controles policiales se concentraron en las líneas de subterráneos, donde el problema con los robos estaba descontrolado y generaba quejas permanentes de los usuarios.
Así, los
"especialistas" en hurtar pertenencias de los pasajeros aparentemente vienen emigrando a los colectivos. Voceros de empresas de colectivos consultados, que calculan en más de
2.000 los hechos de hurtos con estas características cada jornada, contaron que "en la gran mayoría de los hechos ni siquiera se denuncia policialmente, porque a las víctimas les roban algunas pertenencias de poco valor, el dinero que llevan encima y alguna otra cosa, pero los choferes son receptores muchas veces de las quejas", precisando que
"los delincuentes van rotando de líneas, para que no los reconozcan, la misma operatoria que tenían en los subtes".
En la red social Twitter el problema con los pungas en los colectivos tiene fuerte presencia.
Desde las compañías de transporte público explicaron que "resulta imposible tener personal de seguridad en cada interno, y no es un detalle menor, porque las bandas de pungas conocen esta imposibilidad y actúan en consecuencia", agregando que "hay casos de arrebatos en las paradas cuando la gente sube al colectivo, o manoteando por las ventanillas".
Las
zonas "calientes" para los arrebatos son
Once, Constitución, Liniers, Retiro, mientras que los hurtos dentro de los internos se concentran en horarios pico, con los colectivos llenos.
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