Hace pocos días se cumplieron 5 años del primer Ni Una Menos. Y, en este sentido, el crimen de Ángeles Rawson, ocurrido dos años antes del primer grito masivo contra la violencia machista y los femicidios, fue sin dudas un antes y un después.
Jimena Aduriz, la madre de la adolescente, estrangulada durante un ataque sexual y desechada a la basura en el barrio porteño de Palermo, aseguró este sábado que espera que algún día el femicida, Jorge Néstor Mangeri, reconozca la autoría del crimen y que si bien tiene "una mirada de perdón", pretende que el asesino de su hija cumpla en prisión toda su condena.
"Me encantaría, no sé si es una ilusión o no, que Mangeri reconociera lo que hizo porque eso lo dignificaría como ser humano. Sería para mí una actitud muy reparadora que me diga qué fue lo que pasó", dijo Aduriz a la agencia de noticias Télam.
Además, aseguró que, si bien sabe que el ex encargado de Ravignani 2360 "sigue negando que él fue el asesino", ella no pierde "la esperanza" de que "algún día pueda arrepentirse". "Hay momentos en los que me enojo mucho, sobre todo cuando es el cumpleaños de él (el 1 de enero), ahí se me cruzan todos los cables. Pero trato de tener una mirada de perdón. Lo dije desde un inicio, pero fue lo que la gente no entendió y tomó mal", afirmó.
El próximo 10 de junio se cumplirá un nuevo aniversario del asesinato de Ángeles. Y, por la cuarentena debido al Coronavirus, Aduriz explicó que este día será distinto, ya que no podrá hacer el homenaje y la misa que realiza todos los años, que, sin embargo, se reprogramó para el 23 de octubre, día del cumpleaños de 'Mumi'. Pese a todo, intentará tramitar un permiso para que la dejen visitar su tumba, ubicado en un cementerio de Pilar.
"Tengo la certeza de que me voy a reencontrar con ella el día que yo parta, el tema es el mientras tanto. Lo que más extraño son los cuatro o cinco mensajes que me mandaba por día. Me escribía 'mami, dónde estás, a dónde fuiste' y yo me moría de amor. Era lo más", la recordó, concluyendo la entrevista con Télam, con una sonrisa y lagrimas en los ojos.