Joven denunció por abusos a pareja amiga de su madre

Según comentó la chica, los abusadores fueron instándola a alejarse de su propia familia. El primer intento de abuso se produjo con una frase.

“Quiero hacer feliz a mi marido. Yo sé cómo te mira”, le lanzó la mujer con su esposo al lado, para intentar convencerla de que tuviera sexo con él.

Tras su negativa, la pareja comenzó a mantener relaciones ante sus ojos para “mostrarle” cómo se hacía. “Esa fue una de las tantas veces que quisieron incluirme en sus relaciones sexuales. Pero él abusó de mí al menos cuatro veces”, contó Luciana al portal Minuto Uno.

La joven había encontrado trabajo en esa vivienda como empleada doméstica, donde colaboraba con las tareas del hogar por un bajo salario y a pocas cuadras de su casa.

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“Me mostraban frente a sus amistades como un trofeo. Él le decía a sus amigos ‘mirá la piba que me estoy comiendo’. Fue una locura”, comentó Luciana sobre el momento en que se dio cuenta que el matrimonio se ufanaba de los abusos hacia ella.

En una de esas ocasiones, confesó que le dieron clonazepam (ansiolítico y sedante) con la excusa de que pudiera vencer el insomnio. Cuando se despertó, vio entre sueños al hombre encima tocándola y, pese a que le pidió que no lo hiciera, finalmente se despertó con la mano del mismo en su entrepierna.

Una vez que pudo contarle a su madre, venciendo el prejuicio de que podía ser reprendida, la mujer lloró y luego radicó la denuncia en la Fiscalía, sin obtener hasta el momento mayores avances en la causa. “Me hicieron poner en contra de toda mi familia. Dejé de ir de la nada. Mi mamá notaba algo raro pero nunca lo imaginó, porque eran amigos de ella. Yo no me daba cuenta, tenía 15 y no sabía que fui abusada. Siempre digo que me enteré que esto pasaba cuándo mi mamá se enteró”, narró a través de Facebook.

Y precisó: “No pasó una vez, duró meses el abuso sexual y psicológico. Dormía mucho y mal. Me despertaba gritando ‘No, no me toques’. Me pasé horas adentro de la ducha, con una sensación de insuficiencia, me sentía sucia. Ni toda el agua del mundo me podía limpiar. Sentía una sensación de presión en el pecho, como si me estuviese mandando una cagada”.

“Hoy tengo 18 años. El juicio está en la nada y sigo llorando después o durante la relaciones sexuales por algo que todavía no sé cómo definir. Hoy es la primera vez que lo cuento y digo basta de esconderme a mi misma y de sentir vergüenza por esto. No soy la persona que tengo que repudiar, son ellos y sus cómplices”, concluyó Luciana el relato. En tanto, aseguró que su primera publicación en la red social fue borrada: “La ironía es que me denunciaron por incitar al abuso, la agresión sexual, la agresión sexual infantil”.