¿Quién mató a Solange Grabenheimer?¿Pudo haber sido Lucila Frend, con quien compartía el departamento en el que fue hallada? En pleno juicio, la duda es si hay pruebas suficientes o sólo indicios que no llevarán a ningún lado.
Santiago subió despacio la escalera caracol hasta llegar a la habitación. Estaba muy oscuro, pero alcanzó a ver el cuerpo de su novia, Solange Grabenheimer (21), al lado de la cama. “Había sangre por todos lados”, diría poco después a los policías que llegaron de la comisaría de Florida, en Vicente López. ¿Quién mató a Sol? ¿Pudo haber sido su amiga Lucila Frend (25)? ¿Hay pruebas suficientes en la causa o sólo son algunos indicios que no llevarán a ningún lado? El juicio oral, que en principio iba a extenderse no más de diez días, será más largo y al término del debate se conocerá el final de una historia macabra que conmovió al país. Hasta el momento sólo han declarado 14 de los 70 testigos que fueron citados por el Tribunal Oral 2 de San Isidro. Sol vivía con Luli en un departamento de Güemes 2280, en Vicente López. Fue en ese lugar donde se inició el misterio el 10 de enero de 2007. La sofocaron y luego apuñalaron en cuatro oportunidades en el cuello, cuando estaba acostada, boca arriba, en su cama, según determinaron los forenses al analizar las heridas y las livideces cadavéricas. Al menos tres horas después de la muerte, el cuerpo fue sacado de la cama y acomodado, boca abajo, en el piso de la habitación. Y un dato que sólo agregó misterio a la escena del crimen: el o la asesina, cuando movió el cadáver, encontró y se llevó por alguna razón que hasta hoy se desconoce un encendedor que estaba apoyado en una pierna de la joven: sólo quedó la marca, una especie de “hematoma-tatuaje”, en el cuerpo de la víctima. Luli siempre declaró que se fue a trabajar a las 7.30 de la mañana, cuando su amiga aún dormía. A la noche, juntas, iban a ir al cumpleaños de una prima. Ella apareció sola y durante el día había enviado un par de mensajes a Solange. También dijo que habló con la empleada del local de polarizados para autos del padre de Sol, para comentarle su preocupación porque no se había podido comunicar con su amiga. La llamada existió, aunque sólo duró 12 segundos, y la empleada declaró que no habló con la joven. Fue Lucila la que, de acuerdo a la declaración de los testigos, convenció a una prima y una amiga para ir al departamento de Florida, porque estaba preocupada por Sol. En el camino llamó a Santiago, el novio de Solange, con quien se encontró en la puerta del PH. “En el trayecto se iba poniendo nerviosa, decía que tenía miedo de que le hubiese pasado algo malo”, dijo uno de los testigos. ¿Lucila Frend pudo haber asesinado a su amiga y después planear las coartadas? El fiscal del juicio, Alejandro Guevara, está convencido que sí pudo hacerlo. Y para probarlo enumeró algunos indicios. Aunque, a cada una de esas afirmaciones, la defensa tiene una respuesta. El médico de la Policía Científica Eugenio Aranda (el único que analizó el cuerpo en la escena del crimen) aseguró que la muerte se produjo “entre 18 y 24 horas” antes de la revisación, a las 0.30 del 11 de enero. O sea, entre la 1 y las 7 de la mañana, cuando Lucila aún estaba en el departamento. Pero, cabe aclararlo, otros médicos dijeron otra cosa: entre ellos el doctor Julio Julián, de Homicidios de la Bonaerense, quien informó que, de acuerdo a su análisis, el deceso se produjo entre las 10 y las 13 horas, lo que deja fuera de la escena del crimen a Lucila. Uno de ellos, evidentemente, está equivocado. La “preocupación” de Luli en el cumpleaños, el haber llegado sola pese a que iban a ir juntas, la “certeza” que manifestaba sobre la posibilidad de que le hubiese ocurrido algo malo a su amiga en el departamento (y no en otro lugar, por ejemplo en la calle) fueron también argumentos utilizados por el fiscal. Pero, en contraposición, la propia acusada dijo que se preocupó porque no pudo comunicarse con Sol, que no hubo nada extraño en eso. La primera sospecha contra Lucila surgió, poco después el asesinato, cuando ella describió ante la Policía con algunos detalles precisos cómo estaba el cuerpo de Sol, cuando la encontraron asesinada. Santiago declaró que no la vio subir a la habitación, sólo lo hizo cuando la Policía ya había movido el cadáver. Y otro testigo dijo en el expediente que la chica se mostraba “muy fría”. Pero, además, en la causa hay varios testimonios de amigos y familiares que mencionaron una relación conflictiva entre las amigas, homosexualidad, desgaste en la convivencia, celos, etc. Además, en la causa hay un informe de la Policía Científica que dice que las puertas estaban perfectamente cerradas con llaves y que por el balcón, que no tenía trabas, nadie entró porque esa noche hubo tormenta, había suciedad y no quedaron huellas de pisadas o roces. Lucila Frend, desde primer momento, fue quien introdujo las hipótesis que no llegaron a ningún lado en la investigación. El albañil que estaba haciendo tareas en un obrador vecino y un supuesto crimen mafioso por una venganza contra el padre de Sol. Estos elementos fueron también utilizados por el fiscal Guevara como prueba de cargo contra la acusada: para el funcionario, Luli plantó esas versiones para despistar a los sabuesos de la Policía. ¿Todos estos elementos alcanzan para condenarla? ¿Pudo haber sido la asesina o el fiscal acusó a la persona equivocada? A la historia aún no le escribieron el final. Y una familia que espera justicia.
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