El ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, informó este jueves que el represor Carlos Cialceta, procesado por los delitos de secuestro, tortura y homicidio perpetrados en 1976, mientras prestaba servicio en el Regimiento de Infantería de Monte 28, Tartagal, y sobre quien pesaba una orden de captura internacional desde el 12 de abril pasado, fue detenido en Salta.
Fernández dijo que Cialceta, teniente coronel del Ejército retirado, se encontraba oculto en el interior de un placard de una vivienda allanada en la provincia de Salta. Asimismo, sostuvo que el represor fue detenido por personal de Gendarmería luego de tareas de campo y escuchas telefónicas, y que se encuentra a disposición del juez.
El procedimiento fue ordenado por el Jugado Federal 2 de Salta, a pedido del fiscal general Carlos Martín Amad, del Área de Derechos Humanos de la Unidad Fiscal Salta.
La detención se concretó en un departamento del casco céntrico de la capital provincial, a pocas cuadras de las oficinas del fuero federal en Salta. La captura nacional e internacional de Cialceta había sido dictada por la jueza federal Mariela Giménez, quien hizo lugar a un pedido de Amad, que ya había requerido la prisión preventiva del exmilitar.
El fiscal dio a conocer informes que daban cuenta de que el exmilitar se había marchado del último domicilio declarado, que su pareja informó que el acusado ya no vivía más en ese inmueble y que desconocía dónde estaba.
A siete meses de dictarse su captura, una persona que pidió el resguardo de su identidad se presentó en la Unidad Fiscal Salta y aportó datos suficientes respecto al posible paradero del exmilitar, lo que motivo un inmediato pedido de allanamiento y detención por parte del fiscal.
El 29 de marzo pasado, en el marco de la causa, Amad solicitó la prisión preventiva del exjefe militar luego de que la Sala II de la Cámara Federal de Apelaciones de Salta revocara un fallo que lo beneficiaba con la falta de mérito.
Cialceta está procesado por su participación en el asesinato de un dirigente peronista, hecho que fue denunciado por su pareja, quien relató que el 10 de agosto de 1976 cinco sujetos encapuchados llegaron a su casa, en la localidad de General Mosconi, y secuestraron a su esposo, luego de golpearlo duramente frente a sus cuatro hijos.
La víctima entonces fue introducida en un auto que partió rumbo a Tartagal y su cuerpo fue hallado sin vida, más tarde, en el paraje Acambuco, a 20 km de Mosconi, con signos de haber sido dinamitado por una carga explosiva de Gelamón, el mismo componente que días antes había sido utilizado para eliminar a otros compañeros.
Cuando pidió la prisión preventiva para Cialceta, el fiscal recordó alguno de los fundamentos expuestos por los camaristas de la Sala II, que indicaron que "el rol funcional" atribuido al imputado constituye "un elemento que permite establecer una vinculación necesaria del encartado con la privación ilegítima de la libertad y posterior homicidio" del dirigente.