Mar del Plata no es sólo playa, sol y la posibilidad del disfrute vacacional. La fisonomía de la ciudad también encierra su puntos singulares, misteriosos y hasta legendarios que, a fuerza de hechos dramáticos y fatales, se ganaron un lugar en la consideración, si se quiere morbosa en este caso, del turista.
Sin ir más lejos, los balcones trágicos de la ciudad bien permitirían conformar un recorrido turístico en busca de los fantasmas de quienes fueron, justamente en ellos, protagonistas de episodios que significaron, también en verano, su fin como ídolos, bufos, modelos y artistas.
De hecho no falta quien se anime a definir al verano como la estación de los balcones trágicos y basta afinar un poco la memoria para vincular este aspecto de la ciudad con los casos -algunos fatales_ de la vedette “Cielito” O’Neill, del actor Alberto Olmedo y de la modelo Alicia Muñiz, ex pareja de quien fuera campeón mundial de los Medianos, Carlos Monzón.
La caída
Olmedo y Muñiz tiene por denominador común haber muerto en Mar del Plata, en verano, el mismo año y tras haber caído de un balcón, el primero producto de una broma irresponsable y la modelo uruguaya impulsada por los brazos de quien era por entonces su ex pareja.
En algún sentido, el episodio del balcón que el 14 de febrero de 1988 le costó la vida a Alicia Muñiz, también representó la pérdida de la libertad, primero, para el ex púgil, quien fue condenado a 11 años de prisión por el homicidio de la mujer que padeció el calvario de los maltratos por cuenta de Monzón.
El vencedor de Nino Benvenutti, Rodrigo Valdez, Benny Briscoe y “Mantequilla” Nápoles, entre otros, murió también en verano pero víctima de un accidente de tránsito, en Santa Fe, durante una de las salidas que se le permitían desde el penal de Las Flores donde purgaba su condena. Hay quienes afirman que Monzón en vida nunca pudo lavar su culpa por la muerte de la Muñiz, madre de su hijo Maximiliano.
La última broma
En el mismo verano de la pelea trágica de Monzón con Alicia Muñiz, culminada mortalmente en un balcón interno de la casa de Pedro Zanni 1700, Alberto Olmedo también ponía punto final a su vida con un absurdo accidente en el edificio Maral 39.
El balcón de ese edificio, ubicado muy cerca de Cabo Corrientes, en un sector de la ciudad imposible de no ser recorrido por los turistas que suelen veranear en la rivera atlántica, se convirtió desde ese 5 de marzo de 1988 en un centro de culto de la grey olmediana que aún mantiene vivo la memoria de “Rucucu”, “Chiquito Reyes”, el “Manosanta” o el “Capitán Piluso”, entre los personajes más logrados del cómico rosarino.
Una relación singular con la actriz Nancy Herrera, que en la madrugada de la muerte del cómico le había ido a comunicar que esperaba un hijo suyo, también encontró final en la última broma de Olmedo que montó al pasar del otro lado de la baranda del balcón para, tras perder pie, caerse al vacío desde el piso 11.
La sacó barata
Hace 22 años, el caso que enfrentó a Eva Olguín -el verdadero nombre de la O`Neill_ y su pareja, el actor cómico de trascendencia en los años 60, Alberto Locatti, marcó de alguna manera la apertura de una serie de episodios que con el tiempo iban a conocer circunstancias de mucho mayor dramaticidad.
Locatti fue condenado a cuatro años de prisión por el intento de homicidio de su esposa, a quien según la justicia la arrojó desde la ventana del hotel céntrico en que estaban alojados, como resultante de una seria discusión que terminó con la entonces vedette casi lisiada por la lesiones que sufrió en la caída.
En la pena que recibió el cómico mucho gravitó el testimonio, a la distancia risueño, de una empleada del hotel que señaló que en el patio en el que estaba trabajando escuchó los gritos de la disputa y después vio caer “el velador, la mesa de luz y por último, a la señora”.
Sola, triste y olvidada
Otro balcón trágico se vincula con un suicidio ocurrido en diciembre de 1984 en un hecho que pasó casi inadvertido: el de la notable ex tenista de los años 40 y 50, Mary Terán de Weiss, amiga del general Juan Perón y de su esposa, Evita.
El sábado 8 de diciembre “sola, triste y olvidada -como describió el dirigente e historiador deportivo Víctor Lupo-, a los 66 años de edad Mary Terán viuda de Weiss se arrojó al vacío desde un edificio cercano a la Plaza Colón, en Mar del Plata”.
No cabe dudas que los balcones han sabido exhibir historias de dolor, tragedia, angustia y muerte en la sin embargo siempre vital Mar del Plata que entre tanta belleza, playa y vertiginoso movimiento, se las ingenia también para guardar costados oscuros visibles, en lo lugares indicados, con solo alzar la vista.