Alberto Fernández escribió en la computadora de su despacho de la Residencia de Olivos el discurso que ayer por la tarde leyó en el Salón Blanco de Casa Rosada, en el que presentó el proyecto de reforma de la Justicia federal y al consejo consultivo con el que pretende que el Congreso discuta cambios en la Corte Suprema, en la Procuración y en Consejo de la Magistratura. Tanto el jefe de estado en su alocución, frente a un auditorio sin opositores de peso y sin la mayoría de los integrantes del máximo tribunal, como sus funcionarios intentaron alejar cualquier suspicacia sobre el origen de la ambiciosa enmienda y, en cambio, enfatizaron que la misma busca garantizar una justicia "independiente" de los poderes "mediáticos, fácticos y políticos".
El jefe de estado utilizó el glamoroso salón del palacio de gobierno por segunda vez desde que inicio de su mandato para dar al anuncio otra envergadura institucional. En su entorno destacaron que es un debate necesario e intentaron alejar cualquier intromisión de la vicepresidenta Cristina Kirchner, sobre quien pesan varios procesamientos por supuestas maniobras de corrupción, en el origen de la iniciativa.
De hecho, un colaborador del jefe de estado ayer se mostró ofuscado ante la observación de porqué la televisación oficial evitó mostrar al abogado de la vicepresidenta, Carlos Beraldi que, oculto tras otros integrantes del consejo asesor que rodeó al presidente, no apareció ni en las fotos ni en la transmisión oficial. "Lo conoce hace 40 años del estudio de (Esteban) Righi. No estuvo oculto a propósito", exageró ante la consulta de este diario recordando que el prestigioso penalista integró el bufete del extinto ex Procurador General, quien fuera elogiado ayer por Fernández durante su discurso.
En una rueda de prensa posterior, la ministra de Justicia, Marcela Losardo, también fue elocuente sobre la idoneidad del grupo de asesores convocados y pidió no confundir sobre la labor de éstos, cuyas recomendaciones podrán ser tomadas o no para futuros proyectos de ley, con la propuesta legislativa que hoy será girada al Senado. "No puedo estar más conforme con los integrantes que garantizan pluralidad y hasta se tuvo en cuenta la cuestión de género", ponderó y ante la consulta de este diario sobre si la presencia de Beraldi no opacaba en algo la convocatoria por ser letrado de la ex presidenta, enfatizó: "qué tiene que ver con sea el abogado de Cristina, cómo no puede integrar este consejo una persona tan altamente capacitada y ética.Hay cuestiones que me sorprenden. Está (en el consejo) la doctora Weimberg de Roca (ex candidata a la Procuración de Mauricio Macri) y podríamos pensar que es macrista.Hay que dejar de mancillar nuevas ideas".
Lo cierto es que la presencia de Beraldi no es nueva: desde el 10 de diciembre y hasta el comienzo de la cuarentena había visitado la Casa Rosada unas tres veces; hace 10 días se conoció una nueva entrevista con el jefe de estado en Olivos. Evidentemente fue una persona consultada. Pero ayer el jefe de estado rechazó cualquier sospecha sobre la motivación de la iniciativa en marcha.
El consejo se reunirá el 18 de agosto pero la semana próxima el coordinador del mismo, el abogado Fabián Musso -que Fernández conoció en la UBA y hoy integra el BICE de Desarrollo Productivo- tendrá agenda la semana próxima.
Justamente para alejar cualquier suspicacia no estuvo ayer en el acto Cristina Kirchner ni su hijo Máximo, también jefe del bloque del FdT en Diputados. Sí hubo representación camporista con el senador Mariano Recalde y la diputada Vanesa Siley.
Tampoco fue de partida la otrora "némesis" de Cristina, la secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra, coautora del proyecto de reforma, que decidió quedarse "trabajando" en su despacho de la planta baja. Es cierto que la organización de ceremonial fue muy cuidando respetando "la distancia" recomendada para evitar cualquier contagio de covid en uno de los salones más bellos pero no más espaciosos de la sede gubernamental.
Como se dijo, no hubo representación de los bloques legislativos de Juntos por el Cambio. Sí, de manera virtual, asistió a la presentación el representante en la Magistratura del macrismo, Ricardo Recondo.
En el gobierno intentaron minimizar la ausencia de los integrante de la Corte Suprema -sólo estuvo Elena Highton de Nolasco- porque "la mitad de la Corte no está acá sino en Santa Fe", haciendo referencia a Horacio Rosatti y Ricardo Lorenzetti. Con todo, la propuesta ha generado cierta tensión con la actual integración del máximo tribunal.
En cambio, ha generado menos resistencia el proyecto de reforma de la justicia federal que cambia el tablero judicial "licuando" el poder de los 12 juzgados de Comodoro Py. Pero, además, cumple con dos propuestas truncas del macrismo: el pase a la órbita de la Ciudad de la competencia para investigar y juzgar la totalidad de los delitos no federales cometidos en su territorio y el fortalecimiento de la justicia federal en las provincias, que habían impulsado Federico Pinedo y Germán Garavano, por caso.
Lo cierto es que el mensaje del presidente Fernández no pudo evitar cuestionar el uso, que considera, dio Cambiemos a la justicia. "Los últimos cuatro años estuvieron signados por medidas que afectaron las reglas de imparcialidad que deben gobernar la acción judicial en un estado de derecho y se usaron doctrinas que fueron utilizadas para convertir al encarcelamiento preventivo en un sistema de penas anticipadas". En este sentido, sostuvo que "busco hacer la República que todos declaman pero que algunos humillaron" en un tiro por elevación, por ejemplo, hacia Elisa Carrió, que en las últimas horas fustigó la reforma anunciada y suele declarar que todas sus acciones tienen como norte la defensa de la "República"..
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