La precandidata a primera diputada por el espacio Hacemos por Nuestro País (HNP), Hilda Chiche Duhalde, lamentó que no se haya alcanzado un acuerdo amplio sobre políticas de Estado para afrontar los problemas “importantes y urgentes” que afligen al país, como el que proponía un sector de Juntos por el Cambio. Y advirtió que quien resulte ganador no tendrá las mayorías suficientes como para gobernar en soledad.
En diálogo con Popular, Chiche Duhalde también señaló que el peronismo está atravesando “el peor momento de su historia”, incluso con riesgos de desaparecer.
-¿Cómo ve el hasta ahora frustrado acuerdo entre Horacio Rodríguez Larreta y Juan Schiaretti?
-La intención de ambos fue hacer algo que me parece imprescindible en este momento en Argentina, porque quien gane la elección le va a ser muy difícil gobernar. El que gane podrá tener 35 o 40 puntos como mucho y creo que con eso es imposible que gane. Y si no se tienen mayorías parlamentarias, si no se tienen acuerdos básicos de siete u ocho puntos acordados en políticas de Estado, va a ser muy difícil gobernar para cualquiera. Ese acuerdo no se ha logrado y me parece que la intención de Larreta no es una mala idea. Pero se dio en un momento muy particular, que era la elección a gobernador en la provincia de Córdoba.
-Se escucha mucho hablar de los punto a acordar. ¿Cuáles serían?
-Hoy tenemos 22 ministerios que son la demostración de lo innecesario. Gobernar es ocuparse de lo importante y urgente. Importantes pueden haber muchos temas. Hoy importante y urgente son primero el trabajo y la producción, la inseguridad, la educación, la salud, la Justicia. Con mucha suerte llegaremos a siete u ocho puntos importantes. Lo demás puede ser importante, pero ¿es urgente? Me parece que no. Si los distintos espacios políticos se hubieran podido poner de acuerdo antes de las PASO y gane quien gane los llevase adelante, la Argentina tiene salida porque tiene todas las condiciones. Pero eso no se logra. A lo mejor después de las elecciones se logre encontrar puntos de encuentro.
-¿Cuáles serían las condiciones de gobernabilidad que exige el momento?
-Hay que tener sin dudas mayorías parlamentarias. Si esas mayorías no tienen frente a la sociedad compromisos fuertes acordados, es muy difícil. Para poner un ejemplo, hoy tenemos que anular la Ley de Alquileres que está dejando a la gente en la calle, porque la mayoría no puede renovar su contrato. Eso ya tendría que haber sido tratado. ¿Por qué no se ponen de acuerdo? Es de sentido común, que me parece que es lo que está faltando. Y si esos acuerdos se hacen previo a las elecciones, se despejan todas las sospechas de contubernio.
-En los últimos días usted ha tenido expresiones duras al referirse a Cristina Kirchner. Habló de revancha y puso en duda sus atributos de mujer.
-No fueron duras. Primero, es imposible una revancha con una candidata que no se presenta. Si las dos hubiéramos sido senadoras de espacios que se presentan como adversarios en una situación pareja hubiera sido interesante. Pero no es así.
- En otras oportunidades el peronismo tuvo duras internas para decidir una conducción (1988 Cafiero-Menem), pero nunca las diferencias fueron tan profundas como en este momentos. De hecho usted participa en una línea, la de Juan Schiaretti, que no integra el espacio oficialista, y está también el caso de Miguel Ángel Pichetto con el Peronismo Republicano. ¿Cómo evalúa esta fragmentación que vive el peronismo?
-El peronismo está atravesando el peor momento de su historia. Para poder recomponerse van a pasar muchos años. O tal vez desaparezca, porque lamentablemente ha sido absorbido por el kirchnerismo, cristinismo, La Cámpora o como quieran llamarlo. Los medios de comunicación llaman a eso peronismo y yo que soy peronista digo: yo no soy eso. Creo que la mayoría del peronismo ha decidido quedarse en su casa y no participa. Pero no alza la voz y dice ºyo no soy esoº. Y los que han decidido participar se fueron a otro espacio, porque nadie puede negar que Ritondo, Santilli y Pichetto son peronistas. Es legítimo, tienen derecho. En lo personal decidí quedarme. Es lo que soy, adhiero al magisterio conceptual del general Perón y a su doctrina y creo que el kirchnerismo terminó de destruirlo. Sigo amando esa doctrina y la actualidad que tiene aún con la necesidad de modernización que requiere.
-¿Qué la entusiasmó en Schiaretti?
-Lo vi parado en el peronismo y no está en esta grieta tan absurda. Habla de trabajo y producción que fue la bandera más importante que enarboló Perón. Y hoy de eso no se habla. En los actos del peronismo se canta la marchita, se toca el bombo y aparece la foto de Perón y Evita. Pero no se habla de lo importante. Los economistas hablan de déficit fiscal y cosas que la gente no entiende. No hay mesas de productivistas que expliquen lo que se puede hacer en el NOA el NEA o en La Pampa.
- ¿Cómo vivió la serie Diciembre 2001?
- Sólo vi el primer capítulo, no puedo analizarlo. Por supuesto que viniendo de Miguel Bonasso no espero mucho. Pero lo respeto porque son ficciones. En el primer capítulo algunas cosas me causaron gracia. El único que está bien representado es Cavallo. El que hizo de Alfonsín no tiene nada que ver con la cara del líder radical. Pero eso sería lo de menos. Personalmente revivir aquel momento que fue durísimo me costó. Por eso decidí no seguir viéndola.
-Por su experiencia en la cuestión social, ¿cómo cree que el próximo gobierno debería gestionar los subsidios? ¿Qué opinión tiene de las experiencias vividas en Jujuy y Chaco?
-Lo de Chaco y Jujuy, lo que pasa en el conurbano bonaerense tiene el mismo hilo conductor que es el Estado abandonando el rol que le corresponde, que es cuidar los recursos del Estado, entregándoselos a movimientos sociales que hacen con esos dineros lo que se les canta. Ahí aparecen los Emerenciano Sena que incluso gestionan escuelas con otras ideologías y ni siquiera son controlados por su gobernador. Gente que parece que que son capaces de matar, descuartizar y tirar a los chanchos a las personas que les molestan, o aparecen en Jujuy con lo que hace la Tupac Amaru con Milagro Sala, o Sueños Compartidos. Es lo mismo. Acá los vemos armando las carpas y gastando fortunas que son de todos.
-¿Cómo se ordenaría?
-Con mucho equilibrio. Cuando escucho a Patricia Bullrich decir que va a terminar casi de prepo con todo eso, porque pasé muchos años en la gestión y en la actividad legislativa y tengo la experiencia de los dos, sé que estas cosas no se resuelven de prepo. La gente, no los dirigentes de estos grupos, es gente sufriente que está dependiendo de eso y por lo tanto hay que cuidarla. Con mucha suavidad hay que desatar ese nudo.
-Pero el control, ¿quién lo debe ejercer?
-Siempre en manos del Estado, con respeto de las instituciones. El dinero no es del presidente, es de todos los argentinos. Tiene que cuidarlo y comete un delito cuando los entrega a esos grupos sin controlar el destino.
comentar