En medio de la polémica por el sistema de canje de pasajes, el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, se reunirá este miércles en su despacho con los jefes de bloque de las distintas fuerzas parlamentarias para definir la supresión de ese mecanismo de cobro adicional por tramos aéreos y terrestres no utilizados.
La reunión se llevará a cabo a las 18.30 y se espera que asistan todos los presidentes de bancadas, incluso de los bloques minoritarios, para consensuar el nuevo criterio.
La idea ya estaba en la cabeza de Monzó desde los albores de su gestión, pero maduró tras el agite mediático de la controversia y el martes, luego de conversaciones informales que mantuvo durante toda la tarde en su despacho, se impuso la solución más drástica: cortar de raíz el sistema.
“La tendencia es incorporar un adicional por movilidad y sacar la opción del canje”, señalaron fuentes directas de Presidencia de la Cámara baja.
La otra opción que se barajaba era la eliminación lisa y llana de los pasajes para diputados de la Ciudad y la provincia de Buenos Aires, quienes figuran al tope del ranking de canjes, pero esta alternativa cotiza en baja y no tendría demasiadas posibilidades de avanzar.
“Monzó desde hace tiempo que tiene la idea de eliminar el canje. Y todas las medidas que tomó con los pasajes van en esa dirección”, aseguró un funcionario allegado al titular de la Cámara baja.
Diputados del interior de diferentes bancadas dejaron trascender que “no se resignarán a perder los pasajes, porque los usan”, y que no ven mal que se elimine el canje de los pasajes excedentes por dinero.
“Lo que no quieren es que se genere una desigualdad en los sueldos”, aclaró uno de los asesores de uno de los principales bloques de la Cámara.
En paralelo a la reunión con los jefes de las bancadas de Diputados, Monzó también inició gestiones para que el Senado siga los mismos pasos: trascendió que ayer se reunió en su oficina para acordar un criterio conjunto con el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo.
Según refirieron las fuentes consultadas, Monzó impulsaba desde el principio de su gestión un reordenamiento del sistema que genera un importante presupuesto para la Cámara baja e ingresos de hasta 40.000 pesos mensuales extra para los diputados, aunque las resistencias tanto en bancadas oficialistas como opositoras habían impedido hasta el momento introducir cambios de fondo.
“Es muy difícil cambiar de un plumazo un sistema que funciona hace 30 años”, destacaron, tras lo cual reconocieron que hay que ir hacia una política de “mayor transparencia” y “rendición”.
Con todo, se había logrado en los últimos tiempos introducir algunas modificaciones, como la eliminación de los llamados “aerocheques”, es decir, vouchers innominados que “permitían un revoleo de pasajes indiscriminado”.
“Ahora los pedidos deben hacerse de manera digital y se estableció que de los diez pasajes ida y vuelta por mes, seis tengan que ser utilizados por el diputado. El resto de los pasajes pueden ser utilizados por un máximo de ocho colaboradores que deben estar autorizados en un registro, el cual se puede modificar una vez al año. Además se reemplazó el cobro del canje en un sobre por un sistema bancarizado. Ahora la Cámara lleva un control mucho más riguroso”, ponderaron.
El escándalo estalló a raíz de la respuesta a un pedido de acceso a la información pública de la fundación Directorio Legislativo, e inmediatamente pasó a los portales web y a las tapas de los diarios.
A diferencia de la izquierda, que propone bajar la dieta de un diputado a un nivel cercano a los cuatro salarios mínimos, en charlas íntimas la mayoría de los diputados y senadores se queja de que sus ingresos son ostensiblemente menores a los del Poder Judicial y del Poder Ejecutivo y, en consecuencia, abonaba a una suerte de pacto no explícito para que no se toque esta fuente de recursos adicionales.
Al salir de un encuentro en la Casa Rosada de los jefes del bloque del Senado con el jefe de Gabinete, Marcos Peña, el justicialista Miguel Pichetto evaluó que “hay que tener una equiparación con los otros poderes del Estado”.
En la misma línea, el senador de Proyecto Sur Fernando “Pino” Solanas se quejó de que “no puede ser que el sueldo de los senadores no tenga relación con el de los otros funcionarios” estatales y que “no cobran antigüedad, título, ni aguinaldo”.
Más allá de la discusión sobre los montos que cobran los legisladores, fuentes parlamentarias del oficialismo admitieron que “el sistema se ha prestado a todo tipo de distorsiones y hay que actualizarlo”, pero aclarando que el “canje no es un invento argentino” y que “está en todos los Parlamentos del mundo”.
La polémica por el canje de pasajes escaló a tal punto que el propio presidente Mauricio Macri pidió al Congreso que anule este sistema de beneficios y que, en todo caso, si se considera que los haberes son insuficientes que “sinceren” esta necesidad.
Las afirmaciones del Presidente generaron la reacción de dirigentes de diferentes sectores, entre ellos la jefa del bloque del Frente Renovador en la Cámara de Diputados, Graciela Camaño, que cuestionó a Macri, al recordar que “él también fue diputado y también los canjeó”.
Fiel a su estilo, Elisa Carrió (quien encabeza la lista de los que más cobraron por canje de pasajes en los últimos años) se plantó frente a Macri y con una chicana irónica defendió la continuidad del sistema: “El viaja en helicóptero desde chiquito, no tiene problema”.
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