El soterramiento del tren Sarmiento es la obra pública más grande que obtuvo Odebrecht en Argentina -prevé una inversión de $45 mil millones- a través de una Unión Transitoria de Empresas (UTE) junto a las compañías IECSA -hasta hace unos meses del primo presidencial Angelo Calcaterra-, la italiana Ghella y la española Comsa.
La empresa Odebrecht deberá pagar 2600 millones de dólares de indemnización a los Estados Unidos, Suiza y Brasil luego de ser condenada por pagar coimas. La constructora está acusada de sobornar a funcionarios, legisladores y otras personalidades de América Latina y de países de África por 3370 millones de dólares solo durante los años 2006 y 2014.
Ahora el oficialismo intenta desanudar el escándalo de coimas que luego de conmover a la élite política del vecino país comenzó a sacudir a la clase política vernácula cuando un financista brasileño involucrado en la causa, Leonardo Mereilles, dijo que el actual jefe de la AFI Gustavo Arribas cobró una parte de los sobornos por actuar como “facilitador” en la adjudicación de las firmas allá por 2013.
Empero, en el Gobierno apuntan a la procuradora Alejandra Gils Carbó por no destrabar el intercambio de información que ofrecieron los “delatores premiados”, como Mereilles, a la justicia brasileña y estadounidense.
“Hace unos días firmó Ecuador (para el envío de datos sobre el Lava Jato) y ahora quedan en espera Argentina y Angola. Gils Carbó tendría que firmar en lugar de querer cambiar el camino e inventar un cuento para hablar de Arribas o Calcaterra, para así no saber a qué funcionarios le pagaron las coimas”, advierte un alto funcionario gubernamental consultado por este diario.
Arribas, señalado por Meirelles, en 2013 vivía cerca de San Pablo, Brasil, donde operaba como representante de futbolistas y marketing deportivo. Amigo de Mauricio Macri, fue designado en diciembre de 2015 como jefe de los espías e incluso el Jefe de Estado le alquila su propio departamento de avenida Del Libertador.
En privado, Macri confía en la defensa efectuada por su amigo que admitió a la justicia haber cobrado una transferencia de Meirelles a una cuenta bancaria suiza por la venta de un departamento. A quien quiera escucharlo, le repite que el financista es como “Banco Piano” -una entidad crediticia especializada en operaciones internacionales- y que no cree la ampliación de la acusación que hizo el cambista brasileño contra Arribas -realizada hace un mes a fiscales argentinos por teleconferencia- ya que “no fue bajo juramento”.
Hace unos días el ministro de Justicia, Germán Garavano, regresó de Estados Unidos donde se reunió con integrantes del Departamento de Justicia que cuentan con información sobre los pagos de la constructora brasileña en Argentina. En el oficialismo negaron que Garavano haya traído un listado de funcionarios kirchneristas involucrados en la causa. Sin embargo, esperan ansiosos que el intercambio de datos se acelere y puedan los fiscales y jueces obtener información valiosa sobre el caso.
Mientras que opositores como Margarita Stolbizer reclamaron al Ejecutivo que separara a Odebrecht de las obras en las que participa en el país, en el gobierno sostienen que la única en la que opera en la actualidad es la construcción del túnel subterráneo para el ferrocarril Sarmiento.
“Y está a punto de irse. Le venderá su participación a la italiana Ghella”, precisó el alto funcionario consultado al tiempo que se mostró esperanzado en que la justicia argentina pueda avanzar en el caso: “Acá tenemos que saber qué funcionarios cobraron las coimas. Y ojalá avance en el Congreso la ley de responsabilidad empresaria” para que también se pueda dirimir la participación de los hombres de negocios en los hechos denunciados.
En verdad, Odebrecht también está terminando su participación en una planta potabilizadora de Aysa en Paraná de las Palmas, a la altura de Ingeniero Maschwitz, dado que su construcción está casi terminada.
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