Economistas pronostican una mayor recesión en el corto plazo y un encarecimiento en los créditos a consecuencia de la decisión del Banco Central de no aumentar la base monetaria hasta junio de 2019, en el marco de la lucha contra la inflación y la reformulación del acuerdo entre el gobierno y el FMI.
Un día después de la renuncia del titular de la autoridad monetaria, Luis Caputo, su reemplazante, Guido Sandleris, anunció la nueva política monetaria contractiva para intentar bajar la inflación y, al mismo tiempo, domar el valor del dólar con la política de bandas en su cotización. No obstante, con una inflación que este año terminará en el orden del 42% y un efecto arrastre para el año próximo, esa decisión es considerada ‘riesgosa’ para muchos economistas.
El ex secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, coincidió con ese parecer. ‘Es el sendero más riesgo: estuve buscando antecedentes y el único que conseguí es un plan aplicado a comienzos del mandato de Pinochet, en Chile, y fue durísimo (para la economía)’, indicó en diálogo con este diario.
Sostuvo que para que el programa anunciado pueda funcionar, ‘se debería generar un shock de confianza previo. Pero en un contexto donde tenés a (Nicolás) Dujovne que antes defendía el gradualismo y que estuvo a punto de ser despedido hace 2 semanas, que luego puso a un presidente del Banco Central que adopta una política hiperortodoxa con déficit y expansión monetaria cero, parece poco probable generar esta confianza’.
Así, el ex funcionario calificó como incoherente el programa económico anunciado. Y enumeró lo que podría ocurrir en la economía real a consecuencia del mismo: ‘un aumento muy fuerte de la tasa, que el mercado empiece a testear el límite superior de $44 impuesto al dólar y una agudización de la recesión’ económica.
En este sentido, Nielsen consideró que ‘el drama hoy es el record de pymes embargadas por la Afip, por incumplimientos tributarios. Es lo más peligroso al hablar de actividad y esta situación va a aumentar. Evidentemente no terminaron de evaluar correctamente esta política’.
Por su parte, Fausto Spotorno, director del Centro de Estudios Económicos de OJF, explicó que ‘en teoría al no crecer la cantidad de dinero con una inflación inercial, no habría suficiente dinero para pagar los aumentos de precios que va a haber: o los comerciantes bajan los productos o los trabajadores compraran menos. Es un endurecimiento de la política monetaria muy fuerte’.
Sin embargo, el economista considera que el Banco Central dispone de mecanismos para ‘suavizar’ los efectos de la contracción monetaria. ‘El Central puede reducir los encajes bancarios, con lo que no aumentaría la base monetaria (que es el circulante más los encajes) y posibilitaría que haya más circulante, es decir, más dinero en la calle. Ayudaría al denominado multiplicador monetario, esto es la creación secundaria de dinero que hacen los bancos, y así se suavizaría el impacto’, puntualizó.
Al hacer referencia a las consecuencias del plan diseñado por la autoridad monetaria, Spotorno dijo que ‘va a pegar en corto plazo en el nivel de actividad”.
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